Por Manolo de la Laguna.- Tranquilos en casa, no sabemos que demonios hacer, ya comimos, ya bebimos… y que tiene; lo malo del asunto es que no hay corridas de toros, estaría por terminarse la temporada grande 2020-2021, en la monumental “Plaza de Toros México”, la Catedral del Toreo, en América Latina y otras latitudes; “mardito”, mil veces “mardito” sea el “señó” coronavirus y ¡olé!.
“Sorry” por el exabrupto, pero es que de repente, como todo mortal, nos hierve la sangre gitana; quizá un tintorro de La Rioja, nos calme, antes de que llegue la hora de “Los Conspiradores” y hayamos terminado estos renglones taurinos, con un tema que ha molestado sobre manera, a todos los taurinos de este país llamado México.
Desde hace algunos años, en la tierra del Cuerno de la Abundancia (para unos cuantos), viene padeciendo la nefasta pandemia de “Lumpen Politicus”, es una caterva de zánganos, de vividores, de pillos, de ratas, de parásitos, que no solamente ven a los huesos políticos como botín, sino al país entero; son corruptos hasta la médula y desgraciadamente, el gobierno de la 4T, no los ha podido controlar (salud eterna al Jefe de la Nación).
Con tal de ganar votos y poder llegar al pillaje oficial (dinero de los contribuyentes), este “lumpen”, aprueba, mediante triquiñuelas, todo lo que les piden las minorías vividoras, igual que ellos, del presupuesto público, con tanta suerte estos aprendíces de pillos, de ratas, que algunos mexicanos, sin importarles las consecuencias, votan por ellos y los llevan al poder.
La fiesta de los toros no podía ser la excepción de ser agredida por estos nuevos inquisidores; si bien es cierto que no han podido del todo, en algunos Estados de la República Mexicana, aunque sea por un corto tiempo, estos antitaurinos han logrado suspender las corridas de toros; ahora le ha tocado a la ciudad de Puebla de Nuestra Señora de los Ángeles, donde una alcaldesa de supina ignorancia, nomás por que le dio la gana, prohibió las corridas de toros, aunque el gobernador, al parecer, iba a hablar con ella, para que se desistiera de tan desatinada decisión. Dios la ha de perdonar porque no creemos que los taurinos lo hagan.
Luego, la embestida antitaurina, llegó a un estado que, si bien su historia es más beisbolera que taurina, tiene por allí en un municipio, una placita de toros donde se da al año, una sola y triste corrida de toros, aunque tiene un grupo de forcados, los famosos “Forcados Mazatlecos”, y párele de contar; ese Estado es el de Sinaloa, donde un tipo que cobra como Gobernador, nomás por sus criadillas, suspendió la Fiesta Brava.
Quien sabe cuando se acabe en México, esta basura política que se enriquece impunemente con el dinero del pueblo y estas minorías ignorantes y acarreadas. Vale. (Juárez Hoy)