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Los tres indios

Las ideologías nos separan, los sueños y la angustia nos unen. Eugene Ionesco, dramaturgo francés

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Desde sus orígenes, esta tierra ultrajada los últimos 6 años 6 de gobierno cuatrotero, pero que nos vio nacer, crecer y quizá nos vea morir, es tierra de indios Emperadores; bástenos recordar a los últimos tres Huey Tlatoanis: Moctezuma, Cuitláhuac y el tal Cuauh., o sea yo como homónimo; lamentablemente no vamos a referirnos a estos gobernantes del cruel y sanguinario Imperio Azteca, porque hay muchos historiadores que se han encargado de ello.

Al paso de los siglos, el país sigue siendo tierra de indios, pues hay muchas etnias que siguen inmersas en su mundo, en su cosmogonía, con sus usos y costumbres, sólo que ahora en tiempos de morena, se les llama pueblos originarios, que para el caso es lo mismo; los tres indios a los que nos vamos a referir, también son históricos, sobre todos los dos primeros, pues el último aún no sabemos qué “jais”, pero ya desde este momento, le otorgamos el beneficio de la duda, pues la tarea que le espera no es nada fácil.

El primer indio al que nos referiremos, nació en Guelatao, Oaxaca, su origen fue zapoteca y llegó a ser presidente de México gracias a que, como persona, supo superarse; fue quien como gobernante, primero mandó fusilar a Maximiliano y después separó al clero católico del Estado, con las Leyes de Reforma y al paso del tiempo, fue reconocido como el “Benemérito de las Américas” y en su país se le llamó, por ciertos sectores sociales, “El Indio Grande”. También llegó a ser presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, su nombre: Benito Pablo Juárez García, de profesión abogado.

El segundo indio al que nos vamos a referir, no fue político, simplemente fue torero, pues desde niño se infectó con el mal de montera y fue el torero más grande de los mexicanos al principio del siglo XX, que por su elegancia en el torear y en el vestir, fue llamado “El Petronio”  de los ruedos; fue la Gran Figura en el “Arte de Cúchares” en México y España y –cosa curiosa–, la afición  mexicana, también lo llamo el “Indio Grande”,  por su piel morena. Su nombre: Rodolfo Bernal Gaona, nacido en León de los Aldama, Guanajuato.

El último de los tres indios, es moderno, quizá milenial, es de origen mixteco, indígena puro como Benito, pero sin la misma estatura y dudamos que la alcance; no se tienen antecedentes de este jovenzuelo, ni como abogado, ni como político; lo cierto es que de pronto, gracias a una farsa de elecciones judiciales, realizadas por morena, con acordeones de papel, fue electo (?) presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para orgullo de UYSQ y satisfacción de la constructora del segundo piso de la 4T. “Sic transit gloria mundi”.

No sabemos lo que juega el gallo, pero como lo escribimos líneas arriba, hay que darle el beneficio de la duda, pues como presidente del Máximo Tribunal de Justicia Nacional, no sabe lo que le espera. Tomará posesión de su cargo el 1º. de septiembre, mes de la Patria, en otra farsa, pero esta será en tres actos. Su nombre Hugo Héctor Aguilar Ortiz, nacido por ahí en Oaxaca y su profesión también es abogado.

Para despedirnos con una sonrisa, uno de indios caníbales: Ayer en la mañana te vi que ibas con una hermosa rubia. Sí. Era mi almuerzo. Vale.