Carlos Angulo Parra.- Diversos analistas convergen con la opinión de que México será el país más impactado con el nuevo gobierno de Donald Trump que se inaugura en enero de 2025. Esa aseveración se da por diversos motivos, de los que destacan tres principales:
1. La cercanía de Estados Unidos con México.
2. Los impactos que existen con esa cercanía, que difieren con los existentes en Canadá que también tiene la cercanía. Esos impactos son debidos a:
a) El diferencial económico gigantesco entre la economía mexicana y la estadounidense, que hace que el valor de la mano de obra mexicana y de ciertos insumos de México sea más económico y, por consecuencia, atraigan inversión para la manufactura en México.
b) Paradójicamente, por el valor bajo de la mano de obra mexicana y la carencia de mano de obra en Estados Unidos, que hace atractiva la fuga de mexicanos hacia Estados Unidos, debido a los problemas que recientemente existen en México de carencia de inversión, que genera pérdida de empleos, y la inseguridad reinante en México.
3. El fenómeno global migratorio que impulsa, principalmente a la población de países latinoamericanos y del Caribe a migrar a Estados Unidos, vía el recorrido por nuestro territorio, debido a diversos factores, que van desde la inseguridad y la pérdida de oportunidades de empleo y la miseria o falta de libertades y persecuciones que existen en diversos países, que genera presiones hacia México a que controle dicha migración.
Aunado a lo anterior, parece que nuestro gobierno ha hecho todo lo posible para generar el peor entorno posible para que nuestra relación con los Estados Unidos se deteriore, por lo siguiente:
1. La Reforma Judicial, que hace que el Poder Judicial, en la práctica, pierda su independencia, estando bajo el mando y control del Poder Ejecutivo, en el mejor de los casos, y en el peor, bajo las garras del crimen organizado e intereses oscuros de poderes oligárquicos, generando incertidumbre jurídica para los inversionistas.
2. Las necedades que vienen desde la administración del expresidente López, como la prohibición de la importación del maíz transgénico, la destrucción de la reforma energética de 2014 y la destrucción de los organismos autónomos que, de una manera u otra, violan múltiples disposiciones del T-MEC. En el mejor de los casos, esto nos puede acarrear aranceles retaliativos de los Estados Unidos, daños derivados de condenas de páneles de solución de controversias y, en el peor de los casos, hasta la cancelación misma del T-MEC que no le convendría a nadie.
Lo prometido por Trump en su campaña en contra de México o con impactos en México, es lo siguiente:
1. Cierre de la frontera con México. Ello implica el no permitir en lo absoluto la entrada a México de personas que desean emigrar hacia los Estados Unidos con visas de asilo y otras características humanitarias. Esto generará una presión social en las fronteras mexicanas, tanto del norte como del sur, que el gobierno tendrá que lidiar, ya sea impidiendo la entrada por el sur, absorbiendo esa mano de obra en México, que se ve difícil porque está en nuestro país decayendo el empleo y en la zona norte están cerrando empresas de manufactura. O expulsar a los extranjeros migrantes de México, situación que lleva múltiples recursos que no tenemos.
2. Expulsión de millones de extranjeros del territorio de los Estados Unidos. Eso traerá consecuencias severas para los Estados Unidos; en primer lugar, porque al desalojar a personas que ya se han colocado en empleos en ese país, causará graves problemas por su ausencia. Los trabajos agrícolas se verán impactados gravemente, las áreas de la construcción, de mantenimiento, servicios de restaurantes y otros servicios que los extranjeros ocupan a falta de interés de los estadounidenses de llenarlos, causarán un grave problema que el gobierno de Trump no ha medido. Además, la logística y movilización policial necesaria para instrumentar esta masiva expulsión, causará graves disrupciones sociales y protestas en Estados Unidos, proveniente de una gran base de ciudadanos que no estarán de acuerdo en la medida. Finalmente, el gran costo que esto causará para los contribuyentes gringos, al tener que pagar centros de detención, mantenimiento de los detenidos mientras se procesa su expulsión, la reacción jurídica en su defensa que eso costará; todo ello será lo tendrán que sufrir en Estados Unidos.
3. Nosotros en México tenemos la amenaza, por lo pronto, de que nos regresen a nuestros paisanos, y aquí, no va a haber espacio económico para su absorción, independientemente de que quiera Trump también aventarnos personas de otras nacionalidades.
Conclusión:
Debe de existir una negociación razonable entre los socios del T-MEC y una bilateral entre Estados Unidos y México. No podemos ninguno de los tres países ser rehenes de las ocurrencias de Trump y de AMLO/Sheinbaum. Deben regir nuestros intereses nacionales mutuos y no darnos balazos en los pies o en la cien, por necedades de campaña o motivos ideológicos o de tener el poder absoluto.