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Los nuevos operadores políticos

Raúl Ruiz.- En épocas precovidianas, los operadores políticos eran aquellas personas a quienes se les concedía un gracioso nombramiento. Se les llamaba líderes de la colonia.

En los estamentos del poder podría haber acuerdos o desacuerdos. Imposiciones, desbandadas o lo que tú quieras, pero a la hora de los votos, en el campo territorial solo los chicharrones de los operadores tronaban.

¿Por qué? Porque eran los que estaban cara a cara con el elector, los que acercaban el “recurso”, los del acarreo. Un linaje de políticos de medio pelo que nunca fueron tomados en cuenta por ‘El Partido’ para ningún cargo público; eran parte de la perrada.

Un parangón con la fiesta brava es el gordo del caballo que llaman el picador o el banderillero, que son parte de la parafernalia del toreo, pero que nunca serán matadores. Sin embargo, su trabajo es esencial para una faena por todo lo alto.

Hoy ya no es así, el operador político está en evolución. Ahora le llaman coordinador de zona y cada candidato debe tener cuantos coordinadores estime conveniente, pero el elector no cree más en ellos.

Primero, porque de tres cobijas que les mandaban, el operador se quedaba con dos y luego se las vendía a precio de remate.

El operador cobraba una cantidad por persona para el acarreo a los mítines y reuniones de acercamiento al candidato y se clavaba la lana. Hasta que la perrada se resistió a participar y hoy no juntan ni 20 personas por evento, cuando antes sumaban por cientos los aplaudidores en las colonias.

Hoy priva la venta de “la estructura”. El candidato a cualquier distrito requiere cuando menos un representante por casilla que cobrará mil pesos por el día D, más viáticos.

El operador de hoy se compromete a cubrir estos espacios electorales para defender el voto el día de la elección y así evitar que le roben al candidato que los contrató. Solamente eso.

Un servicio extra como el convencimiento a parientes, amigos o simpatizantes para hacer ganar su casilla, fluctúa entre los tres mil y cinco mil pesos, dependiendo del número de votantes por sección. ¡Llévelo, llévelo!

En estas elecciones el proceso electoral se adelantó. El trabajo de acercamiento personal en la colonia ya concluyó, cuando menos en una primera vuelta. Hablo de aspirantes a las alcaldías o gobernador.

Si un aspirante a estos cargos públicos está pensando en encontrarse con el elector bajo los esquemas precovidianos, es ingenuo. Ya le llevan gran ventaja. A menos que tenga una habilidad suprema para colocar su imagen pública en ocho semanas.

 Y un buen equipo para el manejo de redes sociales. Pero más que nada, el uso del Politing como herramienta para el posicionamiento de su imagen, discurso e intención política. 

Los aspirantes a diputaciones locales y federales, apenas están en tiempo. Veamos cómo juegan en estas campañas covidianas, porque en estas elecciones hay jugadores extras que pueden ser complementarios.

Partidos en proceso de aceptación por el INE: Redes Sociales Progresistas (PRSP), de Fernando González, quien es yerno de la maestra Elba Esther Gordillo; Fuerza Social por México (FSM), del dirigente sindical Pedro Haces; Grupo Social Promotor de México (GSPM), antes Nueva Alianza. Partido Encuentro Solidario, antes PES, que como todos sabemos, perdió su registro nacional.

Y México Libre (PML), de Felipe Calderón y Margarita Zavala, quienes por cierto están en problemas ante el Instituto Nacional Electoral (INE), porque se les descubrieron varias anomalías, entre ellas, la posibilidad de haber recibido dinero sucio para sus asambleas. Se acaba el mes de agosto y con él, se va el último tren.

En otro orden de ideas, esta semana con motivo del regreso a clases, los aspirantes a gobernador de Chihuahua, se engancharon con el tema educativo. Bueno, al menos tres de ellos.

Juan Carlos Loera, entregando becas por la entidad. Funge como el emisario del gobierno federal para cumplir con el mandato del presidente en su idea de ¡Primero los pobres!, cargo que le queda “como anillo al dedo” (diría el clásico) para promoverse en la entidad sin problemas con el Instituto Estatal Electoral (IEE).

El Caballo Lozoya, con la entrega de 3,500 tabletas para los niños de escasos recursos que no tienen manera de entrar a sus clases virtuales. Ya había comentado, que el popular Caballo, mantiene una dinámica popular muy atractiva.

Tal vez lo único que le falte es nadar a mar abierto por las aguas profundas del llamado estado grande de México.

Y Maru Campos con la aportación de 5.9 millones de pesos en alianza con la sociedad civil organizada en pro de la educación, un convenio de colaboración con Fundación Chihuahua, Promesa Educativa para México y Centro Vida Chihuahua, A.C. para programas educativos, lo que beneficiará supuestamente a 420 niñas y niños con una beca educativa.

Los otros aspirantes, armando sus proyectos y buscando patrocinios. Y los más despistados, en Babaria. No Bavaria. Babaria.