Inicio PALITROQUES Los cuatro López

Los cuatro López

La austeridad es muy triste cuando nos la imponen, pero no cuesta ningún trabajo cuando se tiene. José Luis Sampedro, humanista español

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- En la Presidencia de la República, el apellido López data desde el siglo XIX. Antonio López de Santa Anna, Su Alteza Serenísima, aunque nunca se coronó, pero eso no fue obstáculo para que alguien lo llamara “El Seductor de la Nación”; muchos años después, ya en pleno siglo XX, surgieron en el poder otros López: Adolfo López Mateos y José López Portillo, ya en pleno siglo XXI llegó al poder para quedarse, aunque le falló, Andrés Manuel López Obrador y aquí vamos a entrarle al tema, les guste o no.

Este último López ya fue presidente de la República, a donde llegó gracias a un proceso de elección democrático; una de sus sentencias políticas para llegar al poder fue: “por el bien de todos, primero los pobres” y millones de mexicanos se lo creyeron y el hombre, ya como Primer Mandatario, sostuvo que en su  gobierno se practicaría la austeridad republicana, la pobreza franciscana y toda la nueva élite política debería vivir en la justa medianía, porque no era correcto tener gobierno rico y pueblo pobre.

Estos son los tres López, cuando menos de los que nos acordamos. Lamentablemente, los más cercanos colaboradores del tabasqueño, así como su familia, no entendieron eso de la austeridad republicana, no comprendieron o hicieron caso omiso de que la austeridad, republicana o no,  debe ser bien entendida para vivir de forma sencilla, modesta, y responsable, sobre todo cuando se trabaja en el servicio público. Hay que administrar los recursos con respeto, sin lujos, ni excesos, porque si obran mal, la espada de Damocles pende sobre sus cabezas, aun con la impunidad.

Pese a todo lo anterior, muchos funcionarios que se quedaron en el nuevo gobierno Claudista, incluido un López (no es Pío), siendo fieles a AMLO, mandaron al diablo todo lo anterior y a todo lujo pasean por el continente europeo sin pena alguna y se justifican diciendo, palabras más, palaras menos, que si se dan la gran vida por el mundo, es con su dinero, pues para uno, las jornadas de trabajo en la Cámara de Senadores (este no es López), son inhumanas; mientras para el nuevo magnate chocolatero, Andrés Manuel López Beltrán (no me digan Andy), sus jornadas de trabajo, dentro de morena, son muy extenuantes y por eso tienen todo el derecho a vacacionar sin austeridad alguna a donde les plazca.

Sólo Adán Augusto López, “hermano” de… UYSQ, no ha podido vacacionar, porque, de último momento, se le vino el mundo encima con eso de que cuando fue gobernador de su estado, uno de sus más cercanos colaboradores, encargado de la seguridad de los tabasqueños, tuvo fuertes ligas con el crimen organizado, lo cual está por comprobársele; mientras esto sucede, y para terminar esta entrega, uno de seniles: Viejo, tengo ganas de un hijo, vieja si ya tenemos uno, no viejo, tengo ganas de un hijo que nos procure. Vale.