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Llegó la hora

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Quizás nos olvidamos, o no percibimos por momentos, que la civilización en que vivimos es producto de la sociedad o de la cooperación de ser gregarios. Si no nos ayudamos unos a otros, nada existiría. Sería una vida de un animal que vive en solitario o en manada y que en ese pequeño entorno resuelve sus necesidades.

Un tigre vive en soledad dando vuelta a sus dominios y solo busca pareja para aparearse. Somos egoístas pero solidarios. Equilibrar aquello que nos lleva a perder la sociedad por el deseo insano de sentir el poder individual que nos hace sentir únicos. 

Ser gregarios es compartir, ayudar y convivir. La sociedad solidaria propicia la solidaridad; si te duele algo vas a un médico. Igual, si necesitas un arreglo en casa llamas un albañil. Esa dependencia hizo posible la evolución. 

La familia es el primer círculo y el más importante, pero aun así hay que ir al mercado, al trabajo, con los amigos y convivir con extraños. Lo que somos lo logramos con ayuda de otros, lo que tenemos también. Ser gregarios es nuestra realidad y el egoísmo  en equilibrio con la colaboración es el pegamento social que nos une y organiza.

Cuando nos dividimos y cedemos paso al odio y una falsa esperanza nos obnubila, olvidamos, por momentos, la  unión solidaria y el egoísmo nos empuja a comparar lo que unos son y/o tienen con lo nuestro. Cedemos nuestra libertad a un pequeño grupo, o a un seudolíder para que destruya instituciones (nuestros logros) y se empodere. 

Las clases sociales, los gobiernos corruptos y la praxis corrupta de la política, son egoísmo y voluntario olvido de lo gregario y solidario. Aristóteles nos definió como animales políticos para socializar por el bien de todos.

El progreso no es parejo; al igual en los países, pero eso es condición humana y es perenne por falta de unión, por el difícil equilibrio del egoísmo y la solidaridad. Tomamos partido y dejamos que unos cuantos manejen sin imponernos como sociedad. 

¿Quién los hizo ricos? Nosotros al consumir sus productos. ¿Quién propicia gobiernos corruptos? Nosotros, por apáticos, por no unirnos para defender nuestros derechos. ¿Por qué hoy estamos en el odio y la división? Hemos caído en depresión y nos creemos solos, pero basta con recuperar la esencia gregaria para que los pequeños grupos, que se disputan el poder, entiendan que no pueden vivir solos y que dependen de la sociedad, y esa somos todos.

Tienen mañas y manipulan con lo que es nuestro, pero saben que su poder es efímero y depende de una sociedad y que solo conservan porque dividen y que ese poder depende de la siembra del odio y la división entre nosotros.

México tiene todo, por eso lo quieren, pero es nuestro y hemos permitido que nos lo quiten, a veces extraños, otras los de adentro, pero lo han logrado partiendo a nuestra sociedad en dos o más grupos siempre sembrando la semilla del antagónico.

Ahora es el tiempo de despertar y asimilar que somos uno solo que nunca hemos sido varios grupos diferentes, mucho menos enemigos, sino vencidos u oprimidos y aun así aquí estamos y es tiempo de recuperar lo que tenemos: libertad, riqueza natural y mucho ingenio y creatividad, para ser lo que decidamos en sociedad e impedir que nos gobiernen como ellos quieran y crear un sistema diseñado por nosotros que nos cuide, respete y distribuya lo nuestro en equidad, velando por los desposeídos.

Si recuperamos lo que somos y nos reconstruimos como sociedad, unidos construiremos el México que soñamos y podremos ser. Por eso necesitamos un candidato social, político pero con dependencia de la sociedad y no un político que desea ejercer el poder por el poder.

Hay que decidir nosotros el camino a seguir, ya es tiempo de regresar a la hermandad de ser gregarios y solidarios. Somos un país de muchas mujeres y hombres que no debe permitir que una sola persona maneje el destino.

Tomemos la rienda y ejerzamos nuestro poder ciudadano. Yo quiero otro México, uno que no sea corrupto ni dominado por los partidos, quiero un México nuestro, que sea de la sociedad y que quien nos gobierne rinda cuentas y se deba a ella, a nosotros.