Marcos Barraza Urquidi.- La narrativa revolucionaria está plagada de mentiras, desenmascararlas llevaría varios libros. Hoy quisiera hacerlo con una mentira básica: “El pueblo se levantó” cuya antítesis sería “Levantaron al pueblo”; dicho de otra forma, ¿la revolución vino de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo? ¿Fueron poderes nacionales o extranjeros los que financiaron esta revolución? Porque las guerras requieren de mucho dinero.
¿Usted cree que el ciudadano común estaba dispuesto a dar la sangre de sus hijos y la propia por sacar del gobierno a Díaz? ¿Cómo fue el gobierno de Díaz?
A solo 2 años de lograda la Independencia por Iturbide se rompe la paz donde el tratado masón de Casa Mata lleva a la destitución de Iturbide y se inicia una guerra civil entre “Republicanos” y los Iturbidistas, lo cual lleva a Iturbide a renunciar para evitar derramamientos de sangre, pero las guerras internas continuaron. Vendrían las intervenciones francesas, la primera en 1838 y la segunda en 1862. Luego la guerra de Reforma 1858, la intervención estadounidense en 1846-1848 que nos llevó a perder la mitad del territorio y finalmente la guerra de los religioneros en 1873 a 1876, guerra que le permitió subir al poder a Porfirio Díaz.
A partir de este hecho viene la paz y la prosperidad a México, Díaz combatió fuerte a salteadores de caminos y a delincuentes en general, ganándose el respeto y aprecio del pueblo mexicano. En 1909 Díaz viaja a Ciudad Juárez en tren y en cada parada que hacía el tren, la gente se volcaba a la estación a vitorear al presidente entre flores y música, la gente estaba consciente de que esa época de prosperidad y paz la había alcanzado Díaz.
¿Se levantó el pueblo el 20 de noviembre de 1910? Sí, hubo levantamientos, le pongo por ejemplo en la región de Parral, un lugar donde acontecieron varias batallas revolucionarias. En Parral ese día se levantaron 23 personas de las 50,000 que vivían en esa zona y la policía junto con algunos civiles la apagan de inmediato.
Luego, afirmar que el pueblo se levantó es una falacia gigantesca. El pueblo reprimió a una minoría rebelde, lo cual pone de manifiesto que el pueblo no quería la lucha, pero entonces ¿cómo fue que se dio?
Veamos los tres principales grupos rebeldes que actúan en Chihuahua: Villa, Orozco y Garibaldi. ¿Cómo se conformaron estos contingentes y sobre todo, quién los pagaba?
Villa se conforma inicialmente con los miembros de su pandilla que asolaban la región y con los presos que libera, su financiamiento corre a cargo del magnate William Randolph Hearst que le pone fotógrafos para difundir su imagen en todo el mundo, de ahí que se tienen excelente fotos de la bestia y algunos videos. Evidentemente y contrario a lo que diga la historia, el pueblo no quería a este hombre sanguinario violador y saqueador, aunque la historia gubernamental lo ponga como el máximo héroe nacional.
El segundo contingente era el de Peppino Garibaldi, un mercenario contratado para pelear en Chihuahua y nombrado general para la batalla de Casas Grandes. No era el pueblo luchando por su libertad o por Madero, eran mercenarios internacionales pagados por la Standard Oil de John Rockefeller como consta en el diario oficial de aquellos tiempos.
¿Y qué intereses podría tener John Rockefeller en financiar esta lucha? Pues muy elementales: el control de los recursos de México para sus empresas, después se vería cómo las minas pasarían a propiedad de la ASARCO, filial de la Estándar Oil y sacarían a las empresas europeas del mercado del petróleo que quedaría en su control totalmente.
Pascual Orozco era un comerciante de metales que llevaba el mineral a Estados Unidos, enterado de los planes de generar una revolución en México se dedicó a contrabandear armas, sus socios americanos le financiaron sus primeras incursiones con mercenarios.
Pero el pueblo mexicano participó de la lucha, efectivamente, al grito de “vámonos con Pancho Villa” hicieron la leva o reclutamiento forzoso en la población. Recuerdo que hace años le preguntaba a un sobreviviente de la revolución ¿En qué bando participó? Pues en los dos, perdíamos una batalla y el ganador nos incorporaba en sus filas, así que peleé en ambos bandos, nunca supimos por qué peleábamos, lo que sabíamos era que si nos negábamos a incorporarnos nos mataban.
El final fue trágico. Al término de la revolución, los combatientes regresaron a sus pueblos para encontrarse con los comercios destruidos, las minas inundadas, las fábricas destruidas, sus mujeres violadas o asesinadas. Todo era ruina, la revolución había triunfado.
Pero el daño no quedó ahí, se instaló un régimen marxista que se adueñaría de todo, pueden ver cómo en la Constitución del 17 el Estado es dueño del subsuelo, las aguas, las tierras y el aire. Claro, el Estado son ellos, la propiedad privada no aparece, no en vano la izquierda presume que la primera revolución del siglo XX fue la mexicana. 20 de noviembre ¿Hay algo que celebrar?