Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Será inevitable la desilusión. Xóchitl Gálvez tendrá que aceptar que su candidatura ciudadana, legítima y orgánica aún depende de los partidos en algunas cuestiones legales y políticas. Su dicho de no rateros, no pendejos y no huevones, no podrá ser aplicado, simple y sencillamente porque los partidos exigirán su tajada.
¿A cambio de qué? Del registro, pues solo los partidos pueden registrar a un candidato. Con ese requisito legal, será suficiente para que exijan posiciones. Imagine a Alito, coordinador en el Senado de los que le toquen al PRI. Marko Cortes, coordinador de los senadores del PAN a partir de que deje la dirigencia y Zambrano también querrá ser senador.
¿Cuántos diputados se colarán de esos que señala Xóchitl que no contrataría, pero que utilizarán las rendijas de partido para meterse hasta la cocina? En el gabinete tendrá el mismo problema, se le colará uno que otro huevón, uno que otro pendejo y uno que otro ratero.
¡Ni modo! Será tardada la transición y eso si Xóchitl puede con los mencionados metidos en las cámaras reformar el sistema político mexicano.