Soc. Omar Jesús Gómez Graterol.- Durante el ejercicio de mi profesión me he encontrado con personas que ignoran la existencia de la Sociología como ciencia o la confunden con otros campos del conocimiento. Recuerdo un señor que en una ocasión se me acercó para que hablara con su hija, pues era una adolescente y se había vuelto muy rebelde -quizás percibiendo en mí una suerte de psicólogo o terapeuta-.
El desconocimiento de esta rama del saber, entre otras cosas, ha jugado en desventaja de sus miembros, permitiendo que el objeto social (relaciones, acciones o hechos colectivos) se aborde sin la rigurosidad adecuada, tanto en iniciativas gubernamentales como no gubernamentales. En tal sentido, se subestima la carrera sin darle oportunidad al profesionista de esta área de colocarse al servicio de la sociedad, siendo relegado, sub empleado y/o mal pagado.
Con frecuencia, personal ajeno a los sociólogos son ubicados frente a retos para los cuales no poseen el perfil o las cualificaciones suficientes. De este modo, por carecer de métodos o herramientas teóricas esenciales para diagnosticar una necesidad o afrontar una dificultad, así como los mecanismos de seguimiento y evaluación convenientes para medir avances, terminan por naufragar en su empeño, fracasando o dando soluciones insatisfactorias a los dilemas o contrariedades que la vida en agrupación plantea a la gente.
Por lo expuesto, es necesario divulgar en la población ¿qué es la sociología y cuál es el quehacer del sociólogo?
De acuerdo a la “Universidad Autónoma de Ciudad Juárez” (UACJ): El egresado en la Licenciatura en Sociología tiene una sólida formación integral que articula calidad académica, científica, disciplinar y competencias profesionales instrumentales. Se distingue por su desarrollo en los campos de la investigación social, la docencia en el nivel medio superior y la consultoría profesional en instituciones públicas o privadas, organizaciones y asociaciones de la sociedad civil. Está capacitado por sus conocimientos, experiencia práctica y vinculación social para visualizar y dimensionar la dinámica social de la región, para proponer alternativas de respuesta a la problemática social actual desde una perspectiva interinstitucional, de políticas públicas y del desarrollo humano sustentable (Citado textualmente de https://www.uacj.mx/oferta/programas.html?programa=34100&79).
Similar perspectiva, nos la ofrece el profesor, José Gregorio Leal González, (lealcheo2307@gmail.com), titulado en La Universidad del Zulia (LUZ), quien postula que hay tres roles hacia donde se orienta la instrucción del sociólogo (si bien no circunscribiéndose exclusivamente a ellos). Estos son el de investigador, docente y gerente.
En efecto, concibe a este especialista como un personaje comprometido con la generación de saberes y analista de la realidad de manera constante (rol investigativo). Sin embargo, este estudioso no debe inclinarse a “producir conocimiento” por el placer de “producir conocimiento”, sino que precisa aplicarlo y traducirlo en una praxis por lo que sus pericias y destrezas son ventajosas en entidades estatales y en las no pertenecientes al Estado (rol gerencial).
Asimismo, requiere compartir su bagaje teórico-metodológico en función de lograr un resultado beneficioso para la colectividad y que se multiplique, instruyendo a otros en su oficio y asegurándose a su vez que estos puedan emplearlos e incluso mejorarlos (rol formativo).
En fin, la sociología y los sociólogos están a disposición de los gobernantes y la ciudadanía. Solo hace falta una auténtica voluntad administrativa para que este recurso sea usado y que las poblaciones se ahorren sinsabores minimizando prácticas negativas y errores, en sus propuestas utópicas, con el trabajo de expertos que ya existen en la actualidad.
