Daniel Martínez.- ¡Que tal! ¿Cómo estás? Espero que sigas trabajando en ti y que si tienes algún obstáculo te permitas aprender de él. Hoy quiero escribirte sobre la rutina, sin duda un tema bastante complejo para muchos de nosotros (me incluyo) y es que cada uno de nosotros estamos compuestos de un montón de ideas, creencias, costumbres, heridas, aprendizajes, sueños, metas, miedos y más.
En mi Facebook me propusieron hablar sobre la “Monotonía”, pero está muy trillada esa palabra en estos momentos, así que la cambiaré por “La Rutina”, algo que hacemos día tras día, como si estuviéramos en trance, hacer por hacer, porque eso sigue, porque eso toca, porque así debe ser.
Hasta que llegamos al punto de cansarnos, ya no nos nutre, no nos hace crecer, se torna aburrido, todo está bajo control, llegamos a esa zona de confort en donde ya no sabemos cómo salir… Y comienza a hacer estragos la rutina, ese balde de agua que nos va llenando el balde de piedritas… ¡Hasta que se rompe, una y otra vez!
A veces hasta las mismas charlas, las mismas discusiones que “resolvemos” de la misma manera y así sigue. Ese círculo vicioso que se convierte en una curva más de la rutina…
Y en estos casos, en el interior de quienes pasan por esto retumba cada vez más fuerte el interrogante de ¿Cómo salgo de aquí? ¿Por qué teniendo todo lo que quería, ya no se siente bien? ¿Verdad?
Si esto te sucede, te propongo que mejor te preguntes: ¿Qué es lo que quisiera que me pasara y para qué? ¿Qué expectativa no se está cumpliendo? Es bien importante esto porque para comenzar a aplicar estrategias debemos poner los pies en la tierra y entender qué es lo que siento y pienso, qué cosas puedo cambiar de esta realidad y qué cosas son así.
Todo esto nos lleva a la toma de decisiones consciente. ¿Por qué consciente? Porque podemos tomar decisiones manejadas por una emoción, decisión que será impulsiva y que cuando pase la emoción podamos encontrar que no era realmente lo que quería hacer y como ejemplo de ello, tenemos personas que hacen un montón de drama con sus relaciones y terminan; luego se arrepienten y luego vuelven y luego terminan y así. ¿Te ha pasado? Seguramente conoces a alguien.
Aunque la rutina, la monotonía, es algo a lo que nos vamos a enfrentar a lo largo de la vida, no solamente en las relaciones, sino también en un trabajo en el cual tenemos mucho tiempo, una casa, el cuidado de los hijos, entre otras cosas más.
Y quiero que sepas que es bueno reinventarte en lo que te interese renovarte, porque a lo mejor no puedes estar cambiando todo en tu vida a cada rato. ¡Bueno, tal vez sí, si quieres! Hahaha, pero a lo que me refiero es que puedes cambiar pequeñas cosas que pueden darle a tu vida un nuevo respiro.
Algún hobbie que siempre te ha gustado pero que no te has dado el tiempo por atender otros hobbies que siempre creíste que ibas a hacer toda tu vida. No está mal si cambias el tipo de ejercicio o si vas un día menos al gym para ahora dedicarte a leer.
Cambia de acomodo tu casa, maneja por lugares diferentes, habla con tu pareja y experimenten cosillas nuevas, deja de ir al mismo súper, permítete no ser tan cuadrada en lo que hasta ahora te define, estoy completamente seguro que estas pequeñas cosas te darán un montón de ideas nuevas… ¡Deja volar tu creatividad!
¿Y tú que haces para romper con la monotonía? Búscame en mis redes y con gusto leeré tus respuestas. A mí me encuentras en FB: Psicólogo Daniel Martínez, IG: danielmartinez.mx YouTube: #Fronteramental