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La nueva capacidad de compra de las familias chihuahuenses, la gran oportunidad de oro para la industria ganadera

Juan Carlos Loera.- La Convención Nacional Ganadera 2023 que se llevó a cabo esta semana en la ciudad de Chihuahua estuvo marcada por intervenciones que abordaron la dinámica comercial-ganadera y predominaron cuestionamientos a la política gubernamental con respecto a la apertura del mercado de la carne a Brasil, las cuotas de exportación y la sobrevaluación del peso mexicano, que ha implicado pérdidas hasta de un 20 por ciento en los ingresos por exportación.

Desde luego que como gremio de un sector económico que tan relevante ha sido para Chihuahua, sus representantes tienen todo el derecho de expresar sus puntos de vista, finalmente la clave de toda empresa es asegurar los mayores beneficios posibles a sus inversiones; sin embargo, es importante invitarlos a reflexionar sobre los cambios que se están registrando en la economía de las familias mexicanas que ya representan una oportunidad para todas las actividades relacionadas con la producción de alimentos.

Aunque hay críticos que insisten en asegurar que la inflación –especialmente la relativa al rubro de alimentos– ha pulverizado la capacidad adquisitiva de las familias con menores ingresos, se trata de un argumento falso que nada tiene que ver con una mejora nunca vista en los ingresos reales de los trabajadores y trabajadoras, que comenzaron a crecer desde el primer momento de gobierno del presidente López Obrador.

La verdad es otra: Tomemos como ejemplo a los municipios fronterizos, que en el caso de Ciudad Juárez, representa más del 40 por ciento de población estatal y una proporción próxima al 60 por ciento de los trabajadores formales que dependen de un salario mínimo. En esta zona el salario mínimo aumentó de 88.4 pesos en diciembre de 2018 a los 312.4 pesos que actualmente se pagan a los trabajadores asalariados, lo que representa un incremento de 253.6 por ciento.

Por su parte, la inflación ni lejos ha alcanzado esos niveles, de modo que el salario real prácticamente se ha duplicado, pero no solo eso, también han mejorado algunas de las prestaciones asociadas a los jornales, como lo son el aguinaldo y la prima vacacional. El testimonio de un mesero de un restaurante tradicional de Ciudad Juárez nos retrata una verdad que no nos deja duda sobre este gran cambio en la capacidad adquisitiva y los beneficios de los que ya disfrutan un segmento creciente de las familias chihuahuenses.

A mi pregunta de: “¿cómo te ha ido con los nuevos salarios?”, la sonrisa que dibuja su rostro nos anticipa la respuesta: “Cómo cree, de maravilla; antes ganaba 600 pesos por semana y ahora me pagan 2 mil 500; de vacaciones me “pichicateaban” una semana y ahora me dieron 35 días, con todo y su prima vacacional”.

¿Por qué este rodeo? Muy sencillo: compartir un análisis y una reflexión con ganaderos chihuahuenses en el sentido de si los ingresos reales de los trabajadores han aumentado como nunca antes, en ello hay una oportunidad de oro para pensar en abastecer el mercado interno de carne y sus derivados.

Así lo demuestra un informe del Consejo Mexicano de la Carne (CoMeCarne) que señala que en 2022 los mexicanos consumieron 9.8 millones de toneladas de carne, a pesar de la espiral inflacionaria que afectó el gasto y bolsillo de los consumidores.

“En México se presentaron durante 2022 condiciones que posibilitaron un incremento anual del 3.1 por ciento en el consumo de carne de corte y de 2.2 por ciento en el de carnes frías”, dijo Ernesto Hermosillo Seyffert, presidente del Consejo durante la presentación del Compendio Estadístico 2023 CoMeCarne.

Es tiempo de darle importancia a los consumidores nacionales que, con la recuperación de sus ingresos, están demandando ya mayores volúmenes y mejor calidad de este alimento que había desaparecido de las mesas de la mayor parte de los hogares mexicanos, que a lo sumo podían consumir, los subproductos más baratos, como eran las menudencias y las entrañas de las reses.

¿Acaso no han pensado que la oferta limitada que ustedes hacen de sus productos en el mercado mexicano, en un tiempo en que la demanda de carne está creciendo, es otro factor que puede explicar la mayor inflación que tiene el rubro de los alimentos?

Detrás de la sonrisa del mesero no solo está el aumento histórico al salario, está el desplome del desempleo como no se veía en 20 años, que el primer trimestre registró 2.8 por ciento, por debajo de Estados Unidos, España y Japón.

Está la inédita fortaleza del peso frente al dólar que se mantiene en primer lugar sobre cualquier otra moneda en el mundo y se ha apreciado en más del 13 por ciento. Este 2 de junio cerró en 17.55 pesos por dólar.

Está una economía fortalecida por los 5,575 millones de dólares estimados que llegarán para junio a través de las remesas que envían nuestros paisanos a sus familias. De seguir así llegaremos a fin de año a la cifra de 60 mil millones de dólares para este año.

Y como lo ha dicho puntualmente nuestro presidente, “las remesas son una fuente de financiamiento porque llega directo a familias y regiones más apartadas del país; esto reactiva la economía de los más pobres. Estas remesas y la política que se tomó durante la pandemia evitó una crisis de consumo porque la gente tuvo para comprar lo básico”.

Y podemos seguir enumerando índices que hablan de una economía estable, como la inversión extranjera récord, que México se ha convertido en el principal socio comercial de Estados Unidos, arriba de Canadá y China con 72 mil millones de dólares; una mejor distribución del ingreso; el descenso de la inflación y una soberanía energética que impide que ésta se dispare. Las buenas cifras también se dan en la Bolsa de Valores, no se ha incrementado la deuda externa y el rescate de Pemex y CFE han evitado comprar más petróleo al extranjero.

Es tiempo de hacer un minucioso análisis sobre este tema, pues tiene que ver con la manera en que gobierno y empresarios deben sumar esfuerzos para garantizar a los ciudadanos mayor bienestar en algo tan significativo como el derecho, consagrado en nuestra Constitución, a una alimentación sana, nutritiva y de buena calidad.

Pero hay más. Hoy los programas sociales también están haciendo un aporte significativo para elevar el ingreso de las personas más vulnerables, que comprenden a las personas adultas mayores, con discapacidad, miembros de etnias, mujeres, campesinas pobres, estudiantes vulnerables al abandono de sus estudios y jóvenes en busca de mejores empleos.

En los programas que atienden a estos grupos sociales, el Gobierno de la República invertirá, durante este año, 15 mil 737 millones de pesos; recursos que, contra todas las críticas, en una proporción muy elevada se destinarán al consumo de alimentos y desde luego a un mayor consumo de carne.

Compañeros empresarios de la Unión Ganadera Regional de Chihuahua (UGRCh) es tiempo de volver los ojos al mercado nacional alimentario de nuestro país, de nuestro estado y de nuestras ciudades y comunidades; la capacidad de compra de las familias ha mejorado sustancialmente y todas tienen derecho a consumir productos ganaderos de buena calidad, que sin duda son los bienes históricamente más preciados en nuestra tierra, en nuestra patria chica.

Ustedes tienen la palabra.