Dr. Arturo Castro.- Cuando se habla de política todo mundo cree que sabe, es una pasión que permite creer, proponer y hasta hacer acciones que van de la bondad a la maldad, sobre todo cuando se intenta lo prohibido parece que se disfruta más.
Prohibido porque los soldados de la Guardia Nacional regresan a su terruño, el 90% son prestados del ejército para engañar a una sociedad que piensa que, por tener mando civil, es civil por el solo hecho de serlo.
Casi todos piensan que son soldados y si parecen lo son, hoy los diputados federales aprobaron su militarización administrativa, le pasan la bola a la Cámara de Senadores que actuará seguramente con la censura de Palacio Nacional para no cambiar ninguna coma, como antes sucedió.
El poder siempre se ha ejercido, hoy se dice que el pueblo manda, lo cual es una gran mentira, porque los ex de Los Pinos siempre lo han hecho, la diferencia es que Carlos Salinas construía nuevos puentes y ahora la base es que el pueblo manda y quiere una dictadura de la cual no conoce su definición.
Hoy se gobierna con decisiones empoderadas que no llevan a ningún rumbo, al menos reconocido por una sociedad que ama la democracia y que, aunque le gusta la fiesta, verá a unos Tigres del Norte como si fuera una maravilla inalcanzable.
Antes en el Zócalo se vio a Juan Gabriel, a Vicente Fernández, a tantos y tantos grupos, símbolos de una mexicanidad con la misma condición del acarreo programado. Somos diferentes dice el presidente de México, claro que lo somos si la comparación es con Europa.
Porque las acciones políticas de hoy no difieren de otros tiempos, la política partidista es igual en todos lados. Vicente Fox como panista fue igual que los anteriores presidentes de este gran país, decía que iba a acabar con la corrupción y no pasó nada.
Hoy se dice lo mismo en la feria de la mentira donde las piñas se dan y se venden en muchas presentaciones, las mañanas permiten dar cuenta de ello, es donde alguien habla de todo y para todos, donde se define una democracia dirigida que todo mundo conoce.
Las mentiras popularmente se conocen como piñas, son los barbarismos que el pueblo tiene como elementos de comunicación que le permiten subsistir entre la fantasía y la realidad.
Puras piñas parece un grito popular que las redes sociales tienen como bandera, esperemos que el camino se enderece y el destino depare una realidad sin contratiempos.
