Inicio Perspectiva La inexperiencia de Morena

La inexperiencia de Morena

Candelario González Villa.- Como era de esperarse se desataron las guerras internas en los partidillos políticos. En esta ocasión solo comentaré y como referencia, a mi partido, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Como es del conocimiento ciudadano, Morena alcanzó el triunfo electoral de forma abrumadora en las elecciones de 2018. Obtuvo la Presidencia de la República, así como la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado.

En sí, el triunfo se convirtió en un triunfalismo que no sentó las bases para consolidar el naciente partido político. El motivo fue el éxodo de personajes del perredismo que llevaron su incultura democrática e iniciaron en Morena la formación de las mismas “tribus” que existían en el PRD con el fin de alcanzar el poder y la representación de las dirigencias, tanto la nacional como las estatales y municipales.

No trato de culpar a los personajes nefastos que arribaron al Movimiento de Regeneración Nacional buscando su integración al hoy partido en el poder para dar rienda suelta a sus malas artes formativas y su errónea interpretación del concepto de “izquierda”, una palabra tan trillada que demerita a la inteligencia, al análisis, al debate y a la reflexión. Encontraron una base militante endeble, fácil presa de logreros y oportunistas.

Morena no valora ni entiende que el triunfo se da por el apoyo abrumador del pueblo sediento de justicia social y por el hartazgo a los partidos y clase política voraz y depredadora que se instaló en el partido.

Morena no tuvo el propósito de marcar la diferencia con otros institutos políticos, por el contrario, adoptó las malas artes antidemocráticas para alcanzar el control interno de las dirigencias y una vez ahí, controlar y designar candidatos, o bien, acomodarse en el erario.

El vergonzoso espectáculo, una lucha estúpida que pasa por alto principios y fundamentos del partido, clara muestra de la insolvencia ética y moral, un pleno desconocimiento de la política, de ahí que florezca la “grilla” de pasillo y lavadero.

Por lo menos en nuestro estado, la militancia se encuentra incomunicada, sin identidad, pues solamente un puñado de seudomorenistas reciben información, de ahí en más solo sabemos que somos militantes porque nos invitan al voto o al grito banquetero.

No deseo derrotas para mi partido, pero jamás brindaré mi apoyo a farsantes y simuladores, adictos al culto de la personalidad; el pragmatismo ya pasó la factura y Morena la está pagando.