Origen de Los narcosatánicos
De acuerdo con lo recopilado en el Libro Rojo del Poder Judicial de la Ciudad de México, grupo fue fundado por Adolfo de Jesús Constanzo, nacido en Miami, EU, e iniciado en la religión Palo Mayombe por su madre, quien se convirtió en sacerdotisa de dicho culto tras un viaje a Puerto Rico, a principios de los 80.
Constanzo habría llegado a la Ciudad de México en 1983 para iniciar una carrera como modelo; sin embargo, su popularidad y riqueza comenzó a crecer después de vender sus servicios de protección y rituales a influyentes personajes públicos del momento, incluidos poderosos narcotraficantes que solicitaban su intervención.
En la agenda personal de Constanzo la policía encontró los números de artistas como Juan Gabriel, Yuri, Lucía Méndez e Irma Serrano La tigresa, aunque todos ellos negaron tener relación con el grupo, de acuerdo con lo expuesto en el Libro Rojo.
Comenzó a reclutar a los integrantes de su culto después de conocer a la mexicana Sara Aldrete, con quien habría iniciado una relación y a quien designó como maestra de ceremonias de los rituales que realizaban y los cuales, según el líder, les brindaban poderes como invisibilidad e inmunidad a los ataques armados.
El caso Mark Kilroy
En marzo de 1989 las autoridades de Matamoros reportaron la desaparición del estudiante estadounidense Mark Kilroy, de 21 años, mientras estaba de vacaciones con sus amigos.
A pesar de los esfuerzos de la justicia mexicana, y de autoridades de EU como el FBI, no se pudo dar con el paradero del joven, hasta que el 9 de abril de 1989 se detuvo a David Serna en una carretera de Tamaulipas.
Serna había evadido un puesto de revisión del ejército al manejar con marihuana y un arma de fuego, pero fue detenido metros adelante. Una vez aprehendido aseguró que él era inmune a la acción de la policía por los poderes que Constanzo le habría otorgado.
Tras un interrogatorio, Serna les dio la ubicación del rancho Santa Elena, sede del grupo y donde las autoridades encontraron los restos de 13 personas, incluidos Kilroy, quien habría sido amarrado de pies y manos y sumergido en una tina con agua hirviendo, según el testimonio del velador.
En el lugar, la policía encontró un cuarto con un altar y lleno de cabezas de animales, agua ardiente y manchas de sangre. Asimismo, localizaron un caldero donde yacían mezclados con sangre restos de las víctimas torturadas y de animales. Según los detenidos, ellos habrían bebido de dicho brebaje para obtener poderes.
Según el periodista de seguridad Humberto Padgett, entre las víctimas había informantes del Cártel del Golfo, entre ellos los agentes antinarcóticos de la Policía Judicial Federal, Joaquín Manzo Rodríguez y Roberto Rodríguez.
Detención de Constanzo
Después de confirmar el homicidio de Mark Kilroy, la policía de Tamaulipas procedió a quemar lo encontrado en Santa Elena para mandar un mensaje al líder de Los Narcosatánicos: no era inmune a la acción policial.
La detención de Constanzo se dio en mayo de 1989, en la Zona Rosa de la Ciudad de México, donde se localizó otra casa de seguridad del santero. La detención paralizó a la capital no sólo por lo macabro de los hallazgos y la fuerte balacera que detonó el operativo, sino por el hecho de que muchos seguidores se sacrificaron al salir y pasar a lado de los policías pensando en que eran invisibles o inmunes.
En el operativo, Adolfo de Jesús Constanzo fue asesinado y su principal cómplice, Sara Aldrete, fue detenida y juzgada por los delitos de asociación delictuosa y por la tortura y asesinato de las víctimas de Los narcosatánicos, razón por la cual purga una pena de 62 años de cárcel.
Sputnik