Dr. Arturo Castro.- El problema social es complejo en un mar de tempestades políticas, en donde el que cree que sabe, hace lo que quiere y el que no sabe, acepta lo que sea con tal de que no sea una preocupación. Es la historia de los pueblos dominados.
Joan Sebastián, el cantautor de cientos de canciones, le ofrece el título a esta entrega, que define las aspiraciones de una sociedad marcada por la fe y la desesperanza, por confiar y desconfiar de los políticos de cada momento.
Por ello cuando viene el tiempo electoral castiga y no aprecia o premia al ganador, solo recae su furia en el voto negativo que elige a alguien peor de aquel que tratan de impedir que triunfe, casi, casi ni a quién irle.
La sociedad conoce de política lo que sabe de astronomía, solamente sabe de quereres y rencores, de aciertos y desaciertos, de rumores y verdades aunque sean mentiras de aquellos que inventan escenarios para confundir aún más a propios y extraños.
La duda inicia con la propuesta sin fundamento de políticas públicas ocasionales, de escuelas de tiempo completo que aparecen, se esfuman y de aquellas que en su caso serían parciales, de reformas eléctricas sin cambio alguno porque los que mandan siguen mandando.
Al pueblo pan y circo, dos aportes de dominación, cuya esperanza avanza sin cesar, una esperanza de quién sabe qué, pero al fin esperanza, que le permite disfrutar el entorno violento a nivel local, nacional e internacional.
La esperanza nunca muere, es el deseo de mejorar las condiciones de vida de millones de pobres que subsisten a través del tiempo, que el INEGI consta con datos reales o tal vez inventados, puede ser que tengan sus propios datos.
La ilusión social es vivir en una democracia que permita vivir sin mentiras, ni ofrecimiento burdos de políticos ocasionales en las fuerzas de poder; el origen es lo de menos, el bienestar real es lo de más.
La duda, la esperanza y la ilusión van en contra de aquel canto de flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones de Oscar Athié en tiempos memoriales. La sociedad se adapta fácilmente a lo bueno y a lo malo.
Los cambios ofrecidos nunca llegan ante una vida cara, rápida e influenciada por redes sociales y medios de comunicación; sin embargo, esperemos tiempos mejores para resolver el tremendo caso de carecer un desarrollo global de una sociedad calificada de aspiracionista.
Sociedad aspiracionista que perjudica el mandato de construcción de una sociedad dominada por el poder político, la iglesia y los grandes capitales a través de los tiempos en los países pobres y de aquellos calificados como en vías de desarrollo.