Jorge Quintana Silveyra.- El orden jurídico establece en diferentes cuerpos normativos, a saber, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la particular de los estados, el deber y la responsabilidad de los titulares de la administración pública, en cada nivel jerárquico, de elaborar el Plan de Desarrollo, documento rector de las acciones de gobierno en cada orden, nacional, estatal y municipal.
En ese sentido, el primero es el que define los propósitos, fines y metas del periodo de gobierno y los otros lo hacen en su respectivo ámbito competencial, para lograr el cumplimiento de los objetivos en estos planes contemplados.
A su vez, cada Plan debe estar compuesto por los programas estratégicos de cada dependencia integrante del poder administrativo correspondiente.
Estos planes permiten evaluar el desempeño de todos los componentes de la administración, que tiene su expresión concluyente en el informe anual de cada nivel de gobierno.
La primera interrogante que resulta de ese ejercicio de planeación es: ¿intervinieron en su elaboración todos los responsables de las diferentes áreas? Por lo general, nunca, luego entonces, ¿conocen a profundidad el Plan y los objetivos y metas que corresponden a su esfera de competencia? Por último, ¿conocen los reglamentos que establecen la organización y funcionamiento de su dependencia?
Estos son los elementos fundamentales para evaluar el desempeño de la función pública. Es evidente que en la elaboración del informe de resultados de cada año, lo que se conoce públicamente, es una serie de estadísticas que tratan de demostrar el cumplimiento de las metas y objetivos de la administración, pero, siempre, el elemento fundamental es el discurso político del gobernante en turno y la dependencia o dependencias que más se mencionan en el citado informe presumen, sus titulares, son las que merecen el reconocimiento público.
Pero en realidad, si hubiera un verdadero ejercicio de planeación y evaluación, estaríamos experimentando avances significativos en el desarrollo de nuestras comunidades y mejorando significativamente la capacidad y eficiencia de los responsables de la administración pública. Usted valore si eso sucede en su comunidad,
Es muy probable que los Planes de Desarrollo solo se elaboran para cumplir el requisito constitucional y luego reposen en los archivos y en los discos duros de las computadoras de las dependencias burocráticas y solo cuando llega la urgencia de preparar el informe anual, empiecen los responsables a tener la insistencia del área de Planeación para el llenado de formatos y estadísticas.
En tanto no tengamos un sistema de planeación a corto, mediano y largo plazo, como herramienta fundamental para decidir las acciones de gobierno, seguiremos inventado cada tres o seis años los objetivos del desarrollo y cada inicio de administración, reinventando el interés público.
La cultura de la evaluación y la planeación son la forma de vivir la administración y la herramienta de medición del desempeño de las personas, todas, las que reciben un salario del erario público, no solamente los funcionarios, sino todos, porque deben rendir cuentas de su trabajo a la sociedad. ¿ Cuantos de estos empleados y funcionarios aprueban una evaluación del desempeño?