Dr. Fernando A. Herrera M.- La sociedad juarense está pidiendo que la Fiscalía General de la República atraiga el caso de la funeraria fraudulenta de esa ciudad fronteriza.
Crematorio que violó todos los códigos y principios legales, morales y religiosos, que conlleva un servicio sagrado para muchas familias como el darle el último adiós con la cremación y el resguardo de sus restos.
Es imposible saber cuántos cuerpos, y desde hace cuántos años, se estaba haciendo esta práctica de negocio que por sí misma nos deja ver que nada detiene a quien desea ganar dinero.
Los criminales no son nada más los que matan, este tipo de criminales estaban acostumbrados a salir impunes con la complicidad de las autoridades, y ahora que ha quedado al descubierto, ni la autoridad sabe qué hacer para darle una mínima satisfacción a los familiares.
Exigir justicia es necesario, urgente; conseguirla será difícil, porque se ignora desde cuándo y cuántos cuerpos fueron depositados quién sabe dónde y qué cosa entregarían a sus familias en las urnas.
Perece que lo único que quieren es la resignación de las familias. Y eso no se va a poder.
La falla de las autoridades sólo confirma que ningún gobierno se preocupa de verdad por su gente.
Ojalá la autoridad federal no atraiga el caso porque se perdería peor. Aquí, por lo menos, podemos saber algo.
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