Dr. Fernando A. Herrera M.- Desde su primer día como gobernador de Tabasco, Javier May lo denunció públicamente, dejando al descubierto las alianzas del director –o secretario de seguridad– con el grupo delictivo La Barredora.
Y aunque desde el más alto nivel se operó el control dejando daños en México, no les alcanzó a la escala internacional.
La presidente escuchó a Javier May, pero no quiso o no pudo hacer nada, por lo que ahora, al paso de los meses, el costo de ser omisos es mayor, poniendo al propio gobierno como partícipe, encubridor o –por lo menos–, en tela de juicio.
El horno no está para bollos, pero les gusta chiflarles a las hormigas, y cuando se les cuelgan de la boca recurren con poca gracia y excesiva inocencia al masiosare.
Trump no es el de su primer mandato. Sabe que a lo mejor tiene nomás dos años, y eso lo empuja al apuro, pues está consciente de que en las intermedias 2026 puede perder las cámaras, o una de ellas, y que con ello le ataría de manos y pies, por lo que hay que esperar lo peor de él y dejar de jugar a las vencidas.
Los impresentables tienen la protección de aquí, pero no la de allá, y eso nos mantendrá en una lucha constante, que deberíamos entender que no ganaremos.
La presidente tiene que tomar decisiones, pero no a su ritmo, sino al de Trump… O la pagará el país.
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