Rodrigo F. Chois.- Dos temas para alimentar esta nota. Primero el de mayor trascendencia y segundo el más trivial…
El primero. Me llegó un video a uno de los tantos grupos de WhatsApp al cual pertenezco y que se caracteriza particularmente por los envíos de cosas subidas de tono. Mi curiosidad me hace dar clic y enseguida observo a una bonita joven practicando un fellatio. Las medias puestas, la dimensión del apéndice y el garbo del sujeto que recibe placer, así como la brusquedad y falta de técnica de la fémina en la práctica de ese menester, me hizo concluir que se trataba de uno de tantos videos X que categorizan como “amateur”, y que han ganado espacio en la industria para adultos.
Luego me enteraría de que los figurantes son un par de influencers a quienes –según ellos– les robaron el íntimo video. Nunca me habría dado por enterado de quienes eran el par de amantes dada mi ignorancia en lo que respecta al Jet Set criollo, pero comprendí entonces por qué durante todo el día nuestro país estuvo concentrado en un importantísimo tema: la minúscula antena del personaje del video.
Segundo y no tan importante como el anterior: la posibilidad de una Gran Tercera Guerra Mundial en Ucrania. Los simuladores hacen y rehacen cómo sería la evolución del conflicto si por desgracia a alguna de las partes se le ocurriese apretar el botón. Y la conclusión, la misma que teníamos durante la guerra fría, un juego de suma cero: ¡No hay ganadores, solo perdedores!
Si en Ucrania hubiese un par de influencers haciendo cositas, tal vez otra sería la tensión.
