Doctor Omar Bazán Flores (*).- El crecimiento poblacional obliga a los gobiernos a tomar medidas anticipadas para el tratamiento de aguas residuales, bajo estrategias comunitarias de sociabilidad.
Es por ello que las administraciones deben prever recursos en sus planes financieros que respondan a las necesidades de corto y largo plazo, pues el saneamiento de aguas y disposición de redes de drenaje adecuadas es un aspecto crucial en la salud pública.
Basados en la investigación de la maestra Cristina Cortinas, se indica que las pérdidas económicas debidas a las muertes prematuras, costos de la atención médica, pérdidas de productividad y el tiempo perdido en las prácticas de defecación al aire libre pueden significar el 7.2% en algunos países.
Estas cifras pueden incrementarse en caso de brotes epidémicos, pérdidas en el ingreso proveniente del comercio y del turismo, el impacto de la disposición no segura de la excreta en la calidad de los recursos hídricos y los efectos a largo plazo del pobre saneamiento en el desarrollo de la niñez.
En este sentido, el lograr el saneamiento para todos y todas implica esfuerzos especiales de quienes se dedican al desarrollo de políticas públicas y a la toma de decisiones en la materia. La prosperidad de estas, cambian la vida de un gran número de personas a nivel mundial.
Por lo tanto, se trata de un esfuerzo que tiene que realizarse de manera colectiva y que involucre a los políticos, diversos sectores sociales, donadores y a la sociedad como un todo, incluyendo sobre todo a las mujeres.
Los gobiernos deben hacer todo lo posible para que instalaciones de saneamiento para los pobres sean tan confortables y dignas como las que están disponibles para los ricos; de otra manera y de manera entendible serán rechazadas y no habrá saneamiento.
La economía circular también hace sentido al considerar que el agua es un recurso que no se destruye al usarse, y solo necesita ser limpiado para reusarlo, como ocurre con un vestido.
Sin embargo, para emprender programas de reúso del agua, como para la irrigación agrícola, la participación de otros sectores y grupos de interés es esencial para asegurar la protección de la salud, las necesidades agronómicas, los requerimientos de exportación y el involucramiento de los agricultores.
El atraer a todos estos participantes hacia las nuevas prácticas involucra comunicación, educación y entrenamiento. Esto incluye la recuperación benéfica de los compuestos contenidos en el agua residual o producidos durante su tratamiento. La cadena de saneamiento incluye una serie de servicios ubicados hacia abajo del usuario.
Muchos sectores, niveles administrativos y diversos conjuntos de grupos de interés y aliados participan en ella. El marco legal y la vigilancia de su aplicación, pueden ser muy útiles para aclarar competencias y mandatos, establecer mecanismos de coordinación y, sobre todo, proveer a los gobiernos locales lo que necesitan para implementar el saneamiento en el campo de su responsabilidad directa hacia los usuarios
Los desarrolladores de políticas públicas y tomadores de decisiones necesitan ser los principales voceros que comuniquen que el saneamiento proporciona bienestar a la gente y a las comunidades en áreas adicionales a las de gestión del agua.
(*) Rector del Instituto Estudios Superiores de Chihuahua