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Hoy Luis Echeverría Álvarez cumple 100 años

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Hoy, 17 de enero, cumple cien años el expresidente Luis Echeverría Álvarez (LEA), y el festejo será que verá -si acaso ve bien- cómo su estilo de gobernar cobró vigencia con Andrés Manuel López Obrador.

En 1970, LEA encontró un México que con el proceso de industrialización había conseguido, por casi tres sexenios consecutivos, el llamado desarrollo estabilizador. Le tocaba la segunda etapa que era impulsar la exportación de servicios (turismo, por citar uno), productos industriales y del campo y materias primas, todo, por supuesto, a otros países. 

¡Increíble, pero cierto! México era una economía mayor que la de Corea del Sur, China, Brasil y Tailandia; sin embargo, no solamente Corea, sino también muchos otros siguieron ese paso, descrito líneas arriba, no así LEA, que pensaba diferente. 

LEA creía que el Estado debería tener mayor participación en el mercado y actividades de todo tipo de carácter rentable o no tan rentable, pero quería que el Estado Mexicano entrara en todo, lo cual significó enfrentar al empresariado y no solo eso sino que, como consecuencia, restringió la inversión extranjera.

Esa fórmula con carácter socialista izquierdista lo llevó a encauzar los recursos de una manera desastrosa y por demás onerosa. Todo le salió mal, acabó con la disciplina fiscal y llevó el gasto público a un déficit enorme, acumulando deuda, tanto interna como externa.

Con su estilo de verborrea incontrolable, aspiraba a ser líder del entonces llamado tercer mundo, además del sueño guajiro de dirigir la Organización de las Naciones Unidas.

Con esos objetivos se dedicó a realizar obras de relumbrón y a viajar por los países pobres buscando el liderazgo de México sobre todos ellos y, de paso, su apoyo para el cargo al que aspiraba, una vez terminado su sexenio. Su ansia de más y más poder para el Estado lo llevó a comprar hoteles y fábricas de todo tipo que transformaron el aparato del Estado en un enorme y costoso elefante.

El excesivo gasto y su libertad para hacerlo -no existía Banco de México autónomo- llevó al país al desastre, un desastre que ninguno de sus sucesores ha estabilizado, mucho menos detenido.

En su afán de conservar el poder, en los últimos tres meses tumbó casi una docena de gobernadores y recorrió como loco el país en busca del aplauso y reconocimiento y, tal vez, creyendo que le pedirían que no se fuera, que se quedara, que se reeligiera. 

El peso perdió más de la mitad de su valor. A su salida el país estaba sumido en la pobreza y los pocos ricos, más ricos. En la práctica su política socialista fue muy represora contra los medios de comunicación y contra todo aquello que se le opusiera, incluso al extremo de repetir la matanza de jóvenes estudiantes, como ocurrió aquel fatídico 10 de abril, conocido como El Halconazo o de Corpus Christi. Se creyó líder del tercer mundo y en su locura dejó al país en una tremenda crisis y polarización social muy parecida a la de nuestros días. 

LEA tiene personalidad narcisista, era dado y ducho para echarle la culpa a los emisarios del pasado y a los ricos y poderosos, tal y como ahora desde el púlpito de la mañanera se echa la culpa a los gobiernos neoliberales y a los fifís.

Desde aquel tiempo Manuel Bartlett ya era parte de la estructura de gobierno (era jefe jurídico de un banco). Si tiene la edad suficiente y lo recuerda o es joven pero ha leído, sabrá que LEA recibió el tipo de cambio en 12.50 y hoy vale casi 21,500, o 21.50 por los tres ceros que Salinas De Gortari le quitó a la moneda.

También sabe que no hemos vuelto al desarrollo ni a estabilizar nuestra moneda, pero lo peor es que se percibe una seria amenaza de volver al pasado. 

AMLO tiene 68 años. En 1970, al inicio del sexenio de LEA, tenía 17, edad en la que, como partido hegemónico, debió afiliarse al PRI, con LEA como la figura más admirada por el actual presidente. ¿Esa admiración y estilo de gobernar los tendrá presentes todavía? ¿Por eso sueña con volver al pasado?

Terquedades 

AMLO refuerza el poder y acción del Estado como lo hizo LEA. AMLO es populista como lo fue y, seguramente lo es, LEA.

LEA era autoritario y nomás él tronaba los dedos; ahora el único que manda es AMLO, el resto de su Gabinete no existe.

FELIZ CUMPLEAÑOS, LEA. Qué bueno que vive para ser testigo del desastre que inició y que aún no termina, solo sigue de mal en peor y de paso un saludo a su compinche y que vive para constatar el desorden dejado, Augusto Gómez Villanueva.

Si no han apreciado el parecido entre el gobierno de LEA y AMLO tienen que leer lo que recomendó Pablo Gómez, titular de la UIF: “Sería mejor que Banamex pasara a manos de personas que hoy no tienen banco, para evitar que crezca el oligopolio. Mejor aún, un banco mixto: muchos capitalistas asociados y Estado. ¿Ahora vamos a comprar el Banamex?