Dip. Omar Bazán Flores.- En días recientes presenté una Iniciativa con carácter de exhorto dirigido al Congreso de la Unión a fin de que reforme el artículo 61 de la Ley General de Salud, a fin de incluir una fracción séptima, con el propósito de contemplar la prevención, detección y tratamiento oportuno y gratuito para niños, niñas y adolescentes como un servicio básico.
Lo anterior, con especial intención de reforzar la política de atención al cáncer infantil, que se ha convertido en una de las principales causas de mortalidad en niñas, niños y adolescentes.
Observando una realidad dolorosa: aproximadamente un 65% o hasta 75% de los casos son diagnosticados en etapas avanzadas del cáncer, cuando ya existe una metástasis.
Lo anterior resulta preocupante debido a que el cáncer es una enfermedad costosa que ocasiona un gasto de bolsillo considerable en la familia de los pacientes y puede condicionar cierto grado de empobrecimiento.
Un diagnóstico tardío no solo incrementa los costos y dificultades en el tratamiento, sino que reduce las posibilidades de cura. Una temprana detección y tratamiento pueden reducir los índices de mortalidad en un porcentaje relevante.
La OMS refiere que cuando el cáncer es detectado en fase temprana, es más probable que se eleve la probabilidad de supervivencia, se disminuya el sufrimiento y sobre todo se requiera de un tratamiento más económico y menos invasivo e intensivo.
Se ha comprobado que el diagnóstico precoz aprovecha el conocimiento de los síntomas por parte de las familias y los profesionales de la atención primaria de salud; hace más precisa la evaluación clínica, el diagnóstico y la determinación del estadio de la enfermedad, permite el inicio rápido del tratamiento y aumenta la supervivencia.
La severidad del cáncer infantil queda de manifiesto en los datos de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer Infantil (AMANC) que reporta que cada año, en nuestro país, se registran hasta 5 mil nuevos casos de cáncer en niñas, niños y adolescentes, convirtiendo a esta en la primera causa de muerte por enfermedad en niños y niñas de entre 5 y 14 años de edad.
A nivel local, es preocupante que entre 18 al 20 por ciento de los menores diagnosticados, lamentablemente fallecen. El mayor número de defunciones ocurrieron entre los 5 y 14 años de edad, con un 43.5% del total.
Desafortunadamente, para la niñez chihuahuense, las cifras y datos que pudieran enlistarse siguen en aumento y parecen no terminar.
Los tipos de cáncer más comunes son: el tumor maligno de las meninges, del encéfalo y de otras partes del sistema nervioso central, los tumores malignos del hígado y de las vías biliares intrahepáticas, así como de linfoma no Hodgkin.
Ante el panorama tenemos la obligación, como servidores públicos, de proteger a la niñez de nuestro estado, pues son estos niños y niñas los que el día de mañana tendrán en sus manos y a su cargo el gobierno y la dirección de la sociedad en general.
Por ello debemos asegurar e incentivar los mecanismos necesarios y suficientes para que todo niño, niña y adolescente cuente con un sistema de salud que asegure como mínimo la atención propicia y adecuada para una enfermedad tan terrible y aberrante en niños como lo es el cáncer.
Partiendo de la realidad de que en México, de acuerdo con las proyecciones de la Población de los municipios de México 2010-2030 del Consejo Nacional de Población (CONAPO), hasta el 2018 la población de niños y adolescentes entre los 0 y los 19 años fue de 44,697,145, de los cuales 26,493,673 no cuentan con ningún tipo de Seguridad Social.
Actualmente, los estados de la República con mayor tasa de Incidencia por cáncer en la infancia (0 a 9 años) son: Durango (189.53), Colima (187.42), Aguascalientes (167.36), Sinaloa (163.44) y Tabasco (158.94). En la adolescencia (10 a 19 años), las entidades con mayor tasa de incidencia por cáncer son: Campeche (149.56), Colima (117.27), Aguascalientes (106.29), Nuevo León (99.79) y Morelos (98.73).
Respecto a las tasas de mortalidad (por 100,000 habitantes) los adolescentes entre los 15 y los 19 años de edad tuvieron la mayor tasa de mortalidad con 6.88, mientras que la menor tasa de mortalidad fue para el grupo de edad entre los 0 y los 4 años con 4.35. Entre los 5 y los 14 años las tasas se mantuvieron similares entre ambos grupos, con 4.60 (5 a 9 años) y 4.54 (10 a 14 años).
Las entidades federativas con mayor tasa de mortalidad en niños (0 a 9 años) son: Campeche (6.3), Chiapas (6.2), Aguascalientes (6.0), Colima y Tabasco (5.6). En adolescentes (10 a 19 años) la mayor tasa de mortalidad corresponde a: Campeche (8.6), Tabasco (7.6), Chiapas (7.0), Oaxaca (6.5) e Hidalgo (6.4).
