MÉXICO- La conectividad a Internet ha sido un factor clave durante la pandemia de Covid-19, sin esta la comunicación y publicación de información veraz no habría sido posible. Sin embargo, existen poblaciones minoritarias que no tienen acceso a Internet o a diversos servicios que aseguren su bienestar. Estudios recientes relacionan la falta de acceso de estas poblaciones con la baja posibilidad de ser vacunados como la demás población.
Es conocido que diversas comunidades étnicas y de bajos ingresos aún no tienen acceso a Internet, sea por el precio de este o por la falta de infraestructura. En México, la brecha digital ya era amplia en tiempos prepandemia, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el 52.7% de las viviendas mexicanas cuenta con acceso a la red.
Como herramienta, el Internet de banda ancha es considerado por activistas y ONG’s como una necesidad para el desarrollo económico y humano. Durante la pandemia de Covid-19, gran parte de los servicios y negocios tuvieron que digitalizarse, realizando compras y citas médicas virtuales o al menos agendando mediante la red.
Si los servicios, negocios, educación y hasta los trabajos, en modalidad home office, volvieron la conexión el único medio, las poblaciones minoritarias como las rurales y en pobreza no tuvieron oportunidad. Actualmente, la conectividad a Internet puede ser considerada por expertos como una de las determinantes sociales para la salud, sumando al racismo estructural, la zona habitada, ingresos, educación, entre otros.
Ahora, con los planes de vacunación de diversos países en marcha, esta problemática alcanzó nuevos niveles, pues los gobiernos han desplegado formularios a través de Internet. En México, con la segunda etapa del plan iniciando en marzo de 2020 para adultos mayores, se creó una plataforma en red donde las personas deben inscribirse.
Otros países han realizado acciones similares para el despliegue de las vacunas, Estados Unidos es un ejemplo. Aunque ofrece líneas telefónicas para asistir a centros de vacunación, la mejor opción es hacerlo por Internet ya que las líneas siempre están saturadas.
Esta dependencia a la conectividad representa un problema que ya se ha criticado en las redes sociales; el acceso a Internet o a dispositivos con conexión a este no lo tienen todos. Los adultos mayores muchas veces no tienen asistencia o equipos para poder ocupar las nuevas tecnologías, volviendo difícil que sean vacunados.
Como parte las acciones para contrarrestar estas problemáticas sociales y de salud contra las minorías, expertos recomiendan a las autoridades identificar estas zonas y protegerlas. Llevar a cabo monitoreos con base en información demográfica y colaborar con líderes de las comunidades son otras opciones.
Resulta de suma importancia para sobreponerse a esta crisis sanitaria la inmunización de gran parte de la población, asegurar el acceso a las vacunas para las poblaciones vulnerables lo es más. Si bien la brecha digital no es un problema que se solucione en poco tiempo, asegurar la conectividad a Internet debe ser prioridad de las autoridades con la digitalización de la sociedad.
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