Estados Unidos.- El gobierno del presidente Donald Trump ha ido incrementando de manera discreta el número de cámaras móviles de vigilancia militar en su frontera con México en respuesta a la pandemia del coronavirus, aunque aparentemente menos personas están cruzando ilegalmente.
Es la medida más reciente en una época en que las operaciones en la frontera entre ambos países se han vuelto cada vez más militarizadas y herméticas.
The Associated Press tuvo acceso a documentos que muestran que el Departamento de Defensa, a solicitud del Departamento de Seguridad Nacional, envió 60 cámaras móviles de vigilancia y 540 efectivos adicionales a la frontera suroeste este mes. Los documentos no son confidenciales, pero sí son sólo para uso oficial, y forman parte de una presentación de PowerPoint utilizada la semana pasada para informar a la teniente coronel Laura J. Richardson, al mando del Comando Norte del Ejército, la principal unidad que supervisa las operaciones militares en la frontera.
Las cámaras permanecerán en el lugar hasta que haya finalizado la pandemia, dijo Matthew Dyman, portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés), que pertenece al Departamento de Seguridad Nacional. Señaló que no podía explicar de inmediato el motivo por el que se necesitaban las cámaras.
El número de detenciones de personas que han ingresado ilegalmente al país se ha reducido en un 77% desde su punto más alto en mayo, según la CBP. Aún no se difunden las cifras correspondientes al mes de abril, pero se prevé que sean incluso más bajas.
Las cámaras se instalaron mientras el presidente Donald Trump anunciaba que firmaría un decreto el miércoles para suspender 60 días la emisión de “green cards”, o tarjetas de residencia, en un intento por limitar la competencia laboral en una economía estadounidense devastada por el coronavirus.