PLAYA GIRÓN – El académico cubano Luis René Fernández ha denunciado el uso permanente de mecanismos de dominación global por parte de EE. UU., incluidas las intervenciones militares.
“El mecanismo de intervención de EE. UU. para revertir procesos nacionalistas o contrarios a la dominación de Washington mantiene sus objetivos de siempre”, señaló este profesor de la Universidad de La Habana.
Fernández recordó que la Casa Blanca siempre ha intervenido militarmente en América Latina cuando ha visto peligrar sus intereses, como fue el caso de Guatemala, en 1954, o el de República Dominicana, en 1965.
No obstante, comentó que después del intento fallido de invasión a Cuba en Playa Girón, EE. UU. transformó ese mecanismo de dominación en otro tipo de intervención indirecta, fortaleciendo los instrumentos de presión económica contra otros países como Venezuela y Cuba.
“En esa variante se inscribe el bloqueo a Cuba, que tiene casi 60 años, y que ha sido recrudecido a niveles nunca vistos por la Administración de Donald Trump y mantenido sin cambios por el Gobierno de Joe Biden”, reflexionó el politólogo.
Fernández remarcó que dicha transformación de los mecanismos de intervención coincidió con la llegada al poder en EE. UU. del conservador Ronald Reagan, en los años 80.
“En Nicaragua aparecieron los llamados “freedom fighters”. En realidad eran mercenarios a quienes se les pagaba por esa tarea. Pero fueron proyectados internacionalmente como una fuerza que luchaba por la democracia, la libertad y los valores occidentales”, rememoró.
El académico agregó que años más tarde, tras los cuestionamientos políticos internos a las invasiones militares de Afganistán e Iraq, la Casa Blanca volvió a centrarse en aplicar herramientas económicas para enfrentar cualquier proceso de emancipación considerado antimperialista.
Señaló que, igualmente, los nuevos mecanismos también apuntan contra la soberanía de los estados, y constituyen una violación de los derechos humanos en los países que terminan estando en el punto de mira de Washington.
“Sin duda, Playa Girón les duele porque fue una derrota militar y ese trauma transformó los instrumentos de dominación, sin dejar de renunciar a las intervenciones militares”, observó Fernández.
La invasión fallida de Playa Girón, del 17 al 19 de abril de 1961, fue llevada a cabo por 1.500 exiliados cubanos que pretendían revertir el triunfo de la revolución cubana de 1959.
Los combates dejaron un rastro sangriento, cuya memoria preservan las tumbas erigidas a lo largo de una solitaria carretera de acceso a Playa Girón, y también el museo que está a unos metros del lugar exacto del desembarco.
Este museo, abierto en 1976, conserva casi un millar de objetos vinculados a la batalla, entre ellos armas, documentos o fotografías, destacando entre todos ellos unos zapatos blancos de la campesina Nemesia Rodríguez, que ahora tiene 75 años.
“Es uno de nuestros más queridos tesoros”, afirmó Zuleidy Jacqueline Plasencia, una de las especialistas del museo, recordando a la mujer que se convirtió en todo un símbolo de la victoria popular.
Esos zapatos, agujereados, retrotraen al ataque de la aviación invasora contra un camión que evacuaba civiles donde viajaba Nemesia, entonces con 13 años, quien vio morir a su madre como consecuencia directa de esa misma agresión.
“El objetivo era detener a la Revolución Cubana, que se convertía en un ejemplo para los demás pueblos de América Latina”, señaló Plasencia, quien indicó que la Casa Blanca intentó no involucrarse directamente en la invasión a Cuba.
“No quisieron hacerlo de manera directa, pero su mano está ahí, en la preparación de esa fuerza, conformada fundamentalmente por cubanos que habían salido del país”, explicó la especialista.
“EE. UU. ha sido el culpable de todo lo que nos hicieron”, afirmó Luisa Caridad, una sexagenaria que vive en Playa Girón, para quien el museo es un referente histórico.
“Aquí trataron de conquistar el país. En este museo tenemos el recuerdo de lo que intentaron hacer y nos costó mucha sangre”, añadió Daniel Ortega, un estudiante de trece años.
El niño, junto con todos sus amigos de la cercana escuela secundaria, sabe que no pueden olvidar que, sobre las arenas de Playa Girón, se forjó con sangre la primera gran derrota de Estados Unidos en América Latina.
Xinhua