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Es el futuro

En los jóvenes predomina el futuro, en los viejos el pasado. Novalís, filósofo alemán

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Constantemente se dice que renovarse o morir, porque lo viejo va quedando fuera de época y así le sucedió a los partidos políticos institucionales que tuvo México PRI (1929) y PAN (1939).

El PRD es otra cosa y apareció “munchos” años después y esa es otra historia de la vida política nacional.

El PRI y el PAN no son la excepción respecto a renovarse o morir y por eso murieron o cuando menos están en “artículo mortis”, no se renovaron y de ribete, le dieron la espalda a los tres sectores que eran su sustento político: El obrero, el campesino y el popular y pagaron las consecuencias en las urnas electorales.

El PRI fue el primer ente político emanado del movimiento revolucionario de 1910 que, al no renovarse al paso del tiempo, perdió la confianza, no solo de las nuevas generaciones de mexicanos, sino también de los viejos, lo cual generó una creciente demanda de alternativas que verdaderamente atendieran las necesidades de toda la población mexica y tal parece que al no haber tomado en cuenta estos reclamos populares, el instituto político cavó su propia tumba, cuyo sepulturero es un individuo a quien llaman “Alito” y sus detractores más feo, calificativos que no escribimos porque nuestra educación no nos lo permite.

Será muy difícil que el PRI y el PAN vuelvan a resurgir de sus cenizas a la vida política nacional, todo por haberse olvidado, en su momento, de los jóvenes de México, país que todo lo tiene y solo unos cuantos lo siguen disfrutando, lo cual está propiciando que surja en nuestro país un nuevo ente político, El Frente Cívico Nacional, liderado, lamentablemente, también por viejos políticos ya muy vistos y que ya tuvieron su oportunidad.

Este nuevo Frente, como los partidos que hemos señalado, también se ha olvidado que el futuro de México son sus jóvenes y su grandeza; basta de caudillos, de dictadores, de jefes absolutos, si no nos equivocamos, ahora vamos a tener una presidencia bicéfala, una presidenta de ornato y un presidente que actuará escondido, bajo las sombras, en la oscuridad. ¿Su nombre? Ya es oficioso escribirlo Vale.