Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Una golondrina no hace verano, el mal está hecho, la democracia en México perdió todo; y aunque pretendió regresar al líquido amniótico del vientre, ni eso pudo, estaba condenada y prefirieron matarla. Estaba en el pataleo, al que se tiene derecho, o como lo diría Doña Simona, mi abuela, cuando matábamos un cerdo en el fondo del largo patio “asta orcao patea” (1).
La historia comenzó con un reportero, de esos “patiños” (con muy contadas excepciones) que acuden a la mañanera, metió al presidente en un brete del que ya no pudo o no quiso salir. Le preguntó con aparente o fingido sarcasmo, que si permitiría la transferencia de votos entre partidos, a lo que AMLO, rápido atajó: ¡No, no, para nada! Había mordido el anzuelo.
Ya no se desdijo, se trataba de lo que defendieron como conciencia del ciudadano que conoce un acuerdo de reparto de votos al votar por emblemas juntos en un solo recuadro, en la boleta, lo habían defendido con argumentos aceptables, discutibles, pero aceptables, pero sí era respiración de boca a boca de MORENA con la chiquillada del Verde y el PT.
Ya había sido aprobada en ambas cámaras, incluso el Senado cerró actividades y declaró receso hasta febrero del año venidero, pero en la última discusión en la cámara de origen para aprobar, en su caso, los cambios hechos a su minuta en la cámara revisora.
Los verdes sabían que ese día, temprano en la Mañanera, el presidente, ya metido en la trampa del día anterior, se aventó a decir: si viene así, como dices, que se pasan votos de un partido a otro, la puedo vetar, somos de principios, y ante la eficacia política y los principios, ganan los principios. Dictó sentencia.
Aun así, los diputados aprobaron la minuta como venía del Senado, así tenía que ser y fue poco después de las seis de la tarde, pese a que los verdes, en rueda de prensa, antes de eso, habían anunciado que renunciarían a la vida eterna, que no era tal, pero que ellos no expondrían la reforma a un veto del presidente y que retirarían su propuesta.
Así que poco después de ser aprobada la minuta, procedieron a quitar ese párrafo, antes, subió a tribuna uno de los verdes a decir: se salieron con la suya, vamos a retirar la propuesta, y se retiró. Pero todo se complicó porque ahora había que regresarla al Senado, para esa sola corrección. Pero ya habían cerrado y declarado receso.
¿Y qué procede?, preguntaban entre morenos verdes y petistas. Pues un periodo extraordinario de los senadores. ¡Ah, pos así que le hagan!, dijo una diputada del grupo de Anaya, creo que de acá, de Chihuahua. ¡Oye!, pero ya no se puede, así que hasta la permanente, pero si la oposición no nos acompaña, no se podría convocar a una extraordinaria! ¡Ah pos’ hasta febrero! Zanjó el intercambio de palabras. Y así cerró esa cámara ayer. ¡Cosas tenedes diría el Rey al Cid! (*)
(*) Cuando Rodrigo Díaz de Vivar le dice a Alfonso VI «Muchos males han venido por los reyes que se ausentan…», y el rey contesta «Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras» “Cantar de Mío Cid”.
(1) A propósito de la abuela: Nunca se ahorca un cerdo, lo amarras o sujetas, luego con estilete directo al corazón por axila, es el mejor y más rápido método, pero la abuela al ver el estertor creía que era por la soga.
PD.- El presidente inició la mañanera dando su apoyo a Ciro Gómez Leyva por el atentado sufrido la noche del jueves, sin mayores consecuencias, por fortuna. El presidente dijo que seguirán una investigación, que ya siguen pistas. Añadió que las diferencias públicas con Ciro no son diferencia cuando se trata de la vida, así que estará informando el gobierno de CDMX.