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En la Hoguera

En casa del jabonero, el que no cae, resbala… El día de ayer, el presidente López Obrador declaró: “Todavía hay la posibilidad de que García Luna se declare como testigo y yo diría, como Presidente de México por el bien del país, que lo haga a cambio de que informe sobre si recibía órdenes o si informaba a los presidentes. Tanto a Fox como a Calderón”.

López Obrador comentó que podría ser benéfico no solo para las autoridades mexicanas, sino también de Estados Unidos, pues el exsecretario de Seguridad Pública podría revelar “cuáles eran sus vínculos con las autoridades de Estados Unidos, porque fue hasta premiado por autoridades de Estados Unidos y no puede ser que tampoco supieran”.

Ayer comentábamos también que Mario Delgado, dirigente de Morena exigió al INE cancelar el registro al PAN por ser un partido coludido con el narcotráfico, sin embargo, hay que hacer precisiones  importantes antes de que la gente malinterprete una vacilada como un reclamo justo: primero, Genaro García Luna fue un funcionario impuesto, no electo, por lo tanto la jurisdicción del INE estaría en duda; segundo, es el propio partido de Morena quien ha solicitado la desaparición del INE y al no lograrlo, quien violentando varios artículos de la constitución disminuyó sus capacidades y poderes con el famoso plan B, lo que hace de su propuesta un verdadero contrasentido legal; finalmente, si todo fuera cierto y se llevara a cabo, se estaría sentando un precedente que después puede dolerle y costarle su registro a Morena. 

¿Qué actitud tomará si en una o dos administraciones posteriores a la actual se encarcela a un funcionario de Morena por corrupción? ¿Haremos al partido responsable de lo que un funcionario no electo cometa? Es muy fácil que el hoy partido acusador se convierta mañana en el partido acusado desde el momento en que en la cuarta transformación tampoco se ha perseguido el narcotráfico ni a los cárteles con mucha destreza o con mucho celo. 

Es más, si los homicidios dolosos son indicadores de la libertad de la que gozan los grupos delincuenciales, las cifras dejan a Morena como partido en el poder muy mal parado, tomando que en apenas cuatro años y un par de meses el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública reporta 145,000 homicidios dolosos, mientras que en todo el sexenio de Peña Nieto se registraron 157,000, por 121,000 registrados en el sexenio de Calderón, los 61,000 registrados en el sexenio de Fox, o los 81,000 de Zedillo o los 77,000 de Salinas de Gortari. 

Las comparaciones son odiosas, pero reveladoras. Esto tomando como indicadores los homicidios dolosos, también podríamos realizar comparativos de números, tipos e influencia de los carteles de droga en el país, estadísticas e información que no resultan nada halagadoras. En algunos sexenios existía trasiego de heroína, marihuana y cocaína, en otros marihuana, cocaína y metanfetaminas. Luego se añadió el cristal, la esta y la otra. ¿En qué sexenio han proliferado mayor número de drogas y/o viciosos en el país? ¿Adictos a cuántas sustancias? 

Si la responsabilidad de dirigir un gobierno comprometido con la Seguridad Pública es difícil y nadie está exento de equivocarse en funcionarios que no dan el ancho o terminan abusando del poder que se les confía, resulta peligroso sentar precedentes y más peligroso aplaudirle a los Estados Unidos donde acostumbran juzgar y encarcelar a mexicanos en lugar de meter a prisión a sus capos y funcionarios norteamericanos que permiten la entrada y distribución de droga a lo largo y ancho del vecino país. 

Polvo eras y en polvo te convertirás… Ayer inició el ciclo de la Cuaresma con la misa del Miércoles de Ceniza, donde se nos recordó que sin importar quiénes seamos, lo que creamos que hemos logrado, los títulos acumulados, no somos más que un grano de polvo comparados con la grandeza del Creador. Somos un segundo, la campanada en un reloj ante la eternidad de Dios. Por eso, cuando Moisés le preguntó: “¿Cómo debo llamarte?”, Dios le contestó “Yo soy”, diferenciándose de todos nosotros. Ayer no existíamos, hoy estamos como seres vivientes en este mundo, mañana estaremos en un plano espiritual. Él es, nosotros, a diferencia, estamos.

Esa diferencia debemos celebrar y agradecer. Una parte de ese Dios se encarnó para redimirnos, pues somos tan poca cosa que no logramos solos el regreso al cielo. Hasta la posibilidad de disfrutar la eternidad en su presencia se la debemos. Él, que siendo, se dio tiempo de venir como hijo y redimirnos con su sacrificio, pagando por nuestros pecados con su propia sangre y ampliando el pacto que Yo Soy tenía con el pueblo hebreo desde las épocas de Moisés. Lo amplió a todos los hombres en la Última Cena cuando instituyó la Eucaristía, por medio de la cual se hace presente cada vez que se celebra el ritual de la misma.

Qué curiosas criaturas somos los humanos. Debemos estar agradecidos y nos quejamos, algunos hasta exigimos. Necesitamos que se nos recuerde con la Cuaresma lo frágil y pequeña que es nuestra existencia. Nos sentimos el centro del mundo cuando no somos más que un eco de su palabra. Y en esta época, la iglesia nos tiene que recordar nuestra justa dimensión para que cada quien se mortifique según su grado de conciencia para hacer el resarcimiento de su relación con su Dios.