Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- El teatro se derrumba, un teatro absurdo, sin lógica y sin sentido que al bajar el telón develará la incongruencia justiciera con los hechos; la incoherencia entre la verdad y los deleznables actos de un sátrapa que se valió de la extorsión, la cárcel y la tortura.
Javier Corral creó un mundo de color que se convirtió en obstáculo que le impide verse por dentro para saber y conocer de sí mismo. Por eso, en su “farsa justiciera” montó la escenografía sin cuidar el contraste con la realidad.
Corral, en el colmo trágico, intentó encauzar el hartazgo social de la corrupción, al tiempo que surgía la esperanza en 2016, de la que creía leer y entender sin acuerdo, por eso atropelló a las víctimas creando ambientes de falso caos y confusión para engañar a todos.
Toño Pinedo lo desnuda y señala sus corruptas acciones para encubrir el artero asesinato de Miroslava Breach, del que no es ajeno.
La justicia divina habrá de sorprenderlo en tiempos que piensa de gozoso porvenir.
Sígueme en mis redes:
@dechihuahua en X
O en el portal informativo https://chihuahuaexpres.com.mx/