Dr. Arturo Castro.- Imaginar lo posible no es imposible en política, es el arte de hacer el quehacer en beneficio personal y de los demás, la confianza de la verdad solo debe generar embate a la mentira y al engaño, la política solo debe de tener un verdadero camino.
La política como ciencia nos enseña el respeto y la dedicación al trabajo en partidos políticos y en la administración pública, nos invita a la responsabilidad de nuestros actos en beneficio social sin agonías personales.
La claridad en un ambiente público siempre es necesaria, todo mundo la ve en diferente dimensión, la tonalidad varía de acuerdo a la formación del político en cuestión que van de la gracia a la desgracia y de la aceptación al rechazo.
El Sol brilla para todos, es maravilloso e ilumina la vida de las personas convertidas en ciudadanos electores que con conocimiento o sin él votan por figuras públicas, algunas tóxicas, por cierto.
Artistas, deportistas, empresarios, vagos, travestis son electos por una sociedad que actúa sin razón; la política es de los políticos, debe conocerse por demás, es como si alguien escribe un libro sin ser escritor, investigador o científico.
Lo hace el presidente de México en sus libros de experiencias que firma como autor, recuerdan aquel texto de “El Coronel no tiene quien le escriba”, de Gabriel García Márquez. A este político parece que le escriben y lo describen bien, es la excelencia en toda su expresión, vale diría un buen español.
México es un gran país, con una política polarizada, la sociedad está tranquila mientras no se hable de política, vive los fantasmas de la nostalgia, es una sociedad de encuentro constante que vive por siempre a Juan Gabriel y a Vicente Fernández.
La libertad política está cansada de los abusos de poder, la sociedad siente estar de paso por esta vida, requiere justicia para vivir mejor. No requiere abonos para creer en algo, solamente la oportunidad de crecer.
El Sol y la libertad política es una gran opción para ser mejores, sin nubes borrascosas, se requiere educación y responsabilidad social para continuar construyendo este país, sin mirar quien lo gobierna, solamente deseando una administración pública de resultados.