Dr. Arturo Castro.- Las campañas internas en los partidos políticos rumbo a la elección presidencial de 2024 están en todo su apogeo, van de la sensibilización social a la materialización de ideas durante el probable gobierno que se disputa.
Las ideas son solo eso, no llegan a propuestas porque se infringe la ley, los consejeros del Instituto Nacional Electoral vigilan todo el tiempo, estando al pendiente de que eso no ocurra.
Son seis los aspirantes que recorren el país saludando al pueblo sabio, a los empresarios, a los ganaderos, mineros, agricultores, a todo aquel que se deje amar políticamente para llegar al arte de convencer, y así esperar el consentimiento del ganador de las encuestas anunciadas por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional.
Los seis implicados han renunciado a sus puestos en la administración pública y en el Poder Legislativo para dedicarse de lleno a esta interesante actividad de soñar despierto ese día que entren a Palacio Nacional frente al Zócalo capitalino, como ungidos por una sociedad ardiente de verdades verdaderas.
La función política no contempla otros actores distintos a los mismos seis que son uno solo, es una gran distracción mediática que atrae y distrae a la población, empoderando la decisión de continuar con el gobierno que transforma para continuar igual.
El discurso es provocativo y coactivo de los morenistas, se culpa al pasado de todo, a los conservadores que quieren conservar los privilegios sin pensar que el querer repetir el triunfo político de 2018 en 2024 servirá para conservar el poder que se tiene.
Conservar el poder que se tiene con la aspiración de aumentarlo para tener una mayoría calificada en el Congreso de la Unión que lleve a la toma de decisiones legislativas fácilmente y sin retrocesos ni planes A, B o C.
Este circo tiene seis artistas, todos con grandes carreras políticas y administrativas; bueno, son 7 por aquel que dirige la orquesta y decide la música que se toca. Abundar en nombres resulta inútil cuando todos tienen los mismos datos de quien escribe.
Actos políticos, eventos de reconocimiento, recorridos por mercados, traslados, hoteles, bardas, espectaculares, aviones y lo que sume son los escenarios donde se brilla con presencia y con ausencia teniendo tanto el aplauso popular como la critica que también enriquece.
Los aspirantes de la oposición hacen su tarea en el café, llamando a la calma para esperar tiempos mejores, no sacan la cabeza abiertamente, solo asoman el rostro sin levantar la mano para checar presencia.
La alianza opositora tiene otros tiempos, se dicen no desesperados a pesar de la kilométrica ventaja que les llevan en esta carrera electoral, participarán a su modo tratando de conservar como élites de poder aquellos puestos legislativos de origen plurinominal.
Es la política de unos pocos que lastima a los más, porque la decadencia y el desenfado se observa por todas partes, en este circo reinventado los protagonistas de antes, hoy son los que recogen lo que queda al final de la función.
Los comportamientos fundamentales de la oposición tienen su origen a través de grupos de poder en los partidos políticos que no ofrecen apertura para continuar como cuasi dueños de los mismos y aun así se transmite que en México hay una democracia participativa, cuando se conoce que es dirigida por demás.
La función en el circo político de 2024 inició hace varios años, solo ha cambiado el escenario para admiración del respetable, van de la obra pública al enfrentamiento entre personas y colectivos, de desaparición de instituciones que alguna vez fueron mandadas al diablo por conocido político, hoy dueño del circo.
Un político que está haciendo historia en forma solitaria, no necesariamente alguien más, aunque aquella frase de campaña lo ofrecía a través de la palabra juntos. Se le ha reconocido perseverancia en la búsqueda del poder, la toma de decisiones sin cambiar alguna coma y lo principal, la exhibición diaria que lleva un profundo impacto en la conferencia mañanera.
La sociedad observa a los políticos contendientes con interés, uno de ellos será presidente e igualmente trascenderá las fronteras de espacio y tiempo para figurar en los libros de historia en un futuro que nunca habrá de terminar.
La esencia del circo reinventado está en la distracción popular que busca a los mayores espectadores para la consolidación de proyectos políticos que generen poder, son los seis nominados quienes andan en campaña, antes prohibidas por la ley y la cultura ética de la política.
La función circense preserva y transmite los mensajes de continuidad que lleven al país a verdaderas transformaciones, tal y como alguna vez lo hiciera el Partido Revolucionario Institucional.
El mayor deseo para que las cosas salgan bien, sin rupturas que afecten a la sociedad, adelante en los tiempos de cada quien.
