Cuanto mayor es el poder, más peligroso es el abuso. Edmund Burke, filósofo británico
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Seguridad pública, civil o militar, esa es la cuestión por la que están atravesando los mexicanos en este sexenio de la 4T y está carajo el asunto porque según los teóricos, la razón del Estado moderno es dar seguridad a sus ciudadanos y a cambio de esta protección, la población se somete al mando de la autoridad a través de las leyes y paga tributo en forma de impuestos.
Si ese Estado no logra garantizar la seguridad de sus pobladores, nada justifica su existencia, con lo cual como azteca y español, estamos totalmente de acuerdo.
A mayor abundamiento, los mismos teóricos sostienen, palabras más palabras menos, que cuando el gobierno tira la toalla, como lo hacen los “managers” en el box y entrega las llaves de la seguridad ciudadana a los militares, automáticamente está aceptando su impotencia, su razón de ser, pues los ejércitos son para proteger las fronteras y territorios del país y no para que hagan funciones de seguridad pública, que solamente compete a las autoridades policiales, lo cual también, a nuestro leal saber y entender, es “molto certo”.
¿Todo lo anterior lo sabrá, lo entenderá, “El Diamante” de Palacio Nacional?
“Ta cañón” saberlo. Lo cierto es que como ciudadanos mejicanos, estamos viendo cómo… UYSQ, está consolidando el poder militar, sobre el poder civil, afianzando a las fuerzas armadas en la Carta Magna y esta transformación se debe, indudablemente, al repugnante contubernio existente entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo Federal.
Negro futuro para los habitantes de la patria de Hidalgo, de este México, creo en ti y gloria a Morena y sus partidos satélites, el poder es primero, la Patria… Bueno: La patria después. Vale.