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Cuidado con el humor

Donde no hay sentido del humor, hay dogma. Alfonso Ussía, periodista español

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- SAN BUENAVENTURA, CHIH.- No llueve, el ganado comienza a morir, los apoyos para el campo chihuahuense, para el que trabaja la tierra y los pequeños ganaderos, en este sexenio cuatrotero, como los anteriores, solamente llegan en forma de demagogia… Pero vayamos al humor.

No se trata del humor que despide corporalmente el ser humano, fuchi kk, nada de eso, vamos a escribir sobre el buen humor: Los viejos están en el tálamo nupcial y le dice ella: Soñé que andaba de compras en McAllen. Él le contesta: Soñé que anda en mi Jeep nuevo con 3 viejorrones 3. Y ella le dice: Una de ellas era yo ¿verdad?, entonces le replica con un rotundo ¡No!, Tú andabas en McAllen. Amable lector(a), triste tu calavera si no te “reites”.

Lo anterior a colación porque las corcholatas, comenzando con la “emperatriz” Claudia, no levantan ni proyectan su imagen en las campañas políticas que no son campañas, no pegan con los ciudadanos mexicanos. ¿Por qué? ¡Fácil! No tienen sentido del humor, del buen humor, sobre todo la científica, que tiene unos arranques de ira incontrolables, hasta con sus propios compañeros de movimiento.

Y claro, el Viejo está también que echa lumbre como en este verano Helio.

Casi explota, ahora con la sombra de la señora X detrás de él (la X es por lo de Xóchitl, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, no se confundan); sus noches son ya de pesadillas y el culpable es él, voluntaria o involuntariamente, al destapar a la vendedora de gelatinas, se convirtió en Saturno y devoró a sus propias corcholatas. Aquél devoró a sus hijos, según la mitología romana.

Y por el mismo tenor anda el carnal Marcelo, el bíblico Adán, Ricardo, Gerardo y el otro bato verde que en su casa lo conocen, tratan de hacerse chistosos, pero carecen por completo del sentido del humor, solo hacen el ridículo y ahí también doña Claudia, quien ya visitó la H. Ciudad Juárez, en plena canícula, esperando no se haya enfermado.

Ya lo habíamos escrito en columna anterior: al Viejo, la sucesión presidencial ya se le está yendo de entre las manos o de entre los dedos, como ustedes quieran y que dentro de Palacio Nacional ya le llaman el “rey del mal humor”, desquitándose con la pobre gente que lo rodea.

Con el debido respeto, la señora X es una mula, con perdón de las acémilas, pero ella sí sabe qué es el buen humor. Como todas, ha de tener sus días, pero tiene carisma, todo lo que ha hecho en la política le sale bien, al dedillo y tiene a su favor, que no agrede, no insulta (es mal hablada, ¿pero qué mexicano (na) no lo es?). Si logra controlar un poco ese defecto, puede irle mejor. Debe mesurarse.

Comprendemos el berrinche de UYSQ y le recomendamos tome a mañana, tarde y noche cuacia, porque no le queda más que agua y ajo, aguantarse y a joderse, salvo opinión en contrario. Cuidado con el mal humor. Vale.