Raúl Ruiz.- Todo está dispuesto para que el servicio de transporte quede tal como está. Solamente la tarifa se mueve para joder al usuario, pues hay que hincharles los bolsillos a los concesionarios.
Primero lo primero: Incremento a la tarifa. Luego, la salida del gobierno para que usted diga: ellos cumplieron, los camioneros no.
Los puntos a los que se comprometieron los transportistas son los siguientes:
- La renovación del cien por ciento de las unidades.
- Activación al cien por ciento de las concesiones.
- Cumplir con recorridos, horarios e itinerarios.
- Instalación de equipo de monitoreo por GPS en todas las unidades.
- Capacitación de los conductores de los camiones.
- Revalidación y accesorios requeridos y en regla.
- Cumplimiento de prestaciones laborales a conductores.
- Integración al Sistema Integral de Transporte en las rutas.
- Cobros de acuerdo con requerimiento del Gobierno del Estado.
- La pérdida de la concesión a quien no tenga un camión que cumpla con lo requerido por los acuerdos.
Diez puntos que parecen darle sentido a lo que el usuario exige. ¡Bueno, pues nunca lo verán sus ojos! Porque así, con todo y el compromiso, los transportistas dicen: de acuerdo, pero primero que se compongan las calles y que se haga un recarpeteo, si no, se van a fregar los camiones nuevos y pues así no hay negocio.
Y así pasarán los años en este círculo vicioso. Sin embargo, aparece el CONSEJO DE MOVILIDAD DE CIUDAD JUÁREZ, encabezado por Javier Venegas, un grupo de juarenses que se proclaman Defensores de la Ciudad. Pero esa, como diría la Nana Goya, esa es otra historia que contaré en el siguiente capítulo.
Aplaudo la construcción de colectivos como éste; sin embargo, me quedo todavía con la idea de que no va a pasar nada. Mientras ocurre esta profecía, me sentaré todos los días en alguna estación del Juárez Bus a ver si pasa. Ya me quiero gastar estos diez pesos que me están perforando el bolsillo del pantalón.