NUEVA YORK- China obtuvo una victoria a través de su estricto enfoque contra el COVID-19, ya que no se reportaron el pasado lunes, por primera vez desde julio, nuevos casos de la enfermedad transmitidos localmente en su territorio, y “podría convertirse en el primer país del mundo en controlar un brote importante de la (variante) delta”, informó la cadena CNN.
El reciente brote de la variante Delta ha sido “el mayor desafío hasta ahora para la inflexible política china de tolerancia cero al virus”, señala la información.
Las autoridades locales respondieron al brote a través de estrictas medidas de cuarentena, llevaron a cabo campañas masivas de pruebas y rastreo, y restringieron los viajes nacionales.
“Las medidas estrictas parecen estar funcionando”, dijo CNN. Las infecciones diarias han disminuido constantemente durante la semana pasada hasta alcanzar un solo dígito desde más de 100 en su pico máximo hace dos semanas.
China reportó el lunes 21 casos importados y cero infecciones sintomáticas transmitidas localmente, y es la primera vez que no se registró ningún caso local desde el 16 de julio.
El país asiático impuso cuarentenas estrictas para las llegadas y ordenó cierres selectivos y pruebas sistemáticas, así como políticas de rastreo para erradicar cualquier caso que se deslizara a través de las defensas, complementó la información.
Según CNN, “durante más de un año estas medidas han logrado un gran éxito al mantener los casos cerca de cero”.
Xinhua