Inicio COLUMNISTA INVITADO Chao 2021

Chao 2021

Hugo E. Gamboa Cabrera.- Año terrible este gracias a una pandemia que nos fue enviada por los “dioses” chinos para que reflexionáramos sobre su poderío económico y nuclear, demostrándonos que son capaces de lo que sea con tal de crear caos y dolor. Nunca se supo, a ciencia cierta, si ese Covid-19 fue elaborado a propósito o fue un error de laboratorio. 

Lo que sí se sabe es que algunos funcionarios que tuvieron conocimiento del hecho, fueron “desaparecidos” para evitar que el mundo tuviese pleno conocimiento de semejante virus que, de alguna manera nos asustó y nos sigue asustando porque hasta el momento el mundo sigue padeciendo sus estragos con variables a bordo y causando costos inimaginables con la creación de vacunas de diferente índole.

Lo cierto es que el planeta sigue contaminándose más y más, siendo la China junto a los rusos, los que se niegan, año tras año, a firmar el acuerdo del G-26 (control al cambio climático y sus implicaciones), con el argumento de que defienden sus industrias de humo, químicos y demás elementos peligrosos para el ser humano y para la naturaleza.

Mientras tanto en países como el nuestro, donde hay más abogados que planificadores y científicos, donde predomina el estatus social, donde las damas se operan para verse más lindas, jóvenes y atrayentes y los hombres igual, en los que predomina chicanear con chocolatinas en vez de un cerebro bien ubicado, en el que mucha gente se endeuda con celulares y vehículos de alta gama hipotecando esta vida y la otra, donde muchos padres “acomodados” le dan a sus hijos carro, plata, viajes para que no les “jodan” la vida y hagan lo que les da la gana, donde los políticos corruptos e inservibles apuestan que saldrán reelegidos porque tienen harta plata del presupuesto oficial para comprar votos y estómagos vacíos, donde las campañas electorales son aburridísimas porque todos prometen lo mismo de siempre para no cumplir, donde los empresarios compran licitaciones con medidas de sastre pagando altas sumas a funcionarios leoninos y miserables pero a los que nada les importa porque gracias a ese dinero sucio cumplirán en sus hogares y también se dan la gran vida con francachelas y amantes por doquier, donde existen miserables que critican el aumento del salario mínimo en un 10.7% y por populismo salen a decir que eso no sirve.

Mejor dicho, un país donde los valores perdieron su esencia gracias al materialismo brutal que nos carcome por todos lados. En fin, llega un nuevo año, electoral por demás, mamoncísimo claro, por las caras que hay que ver, depiladas y mentirosas, mientras el país, posiblemente, seguirá en las mismas, subdesarrollado y pasmado, que es lo que siempre le sucede a esas naciones donde sus ciudadanos se equivocan y pierden todos sus esfuerzos y esperanzas. Por la sangre de Cristo, que así no sea.