Dip. Omar Bazán Flores.- En nuestro país siguen existiendo zonas altamente marginadas, en donde la comida, servicios básicos, el empleo, acceso a la salud y la falta de oportunidades para el desarrollo siguen estando a la orden del día, y lamentablemente no se observan avances o una estrategia mayor, más allá de los apoyos sociales que se ofrecen, que, por cierto, en muchos casos ni siquiera llegan a las zonas alejadas.
Es por ello que debemos estar atentos y presionar a los gobiernos para que pongan mayor atención en el tema.
Por ejemplo, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador debe informar cuál es la estrategia que se está siguiendo para cumplir con las disposiciones de la Agenda 2030, en lo referente al punto dos, que establece “Cero Hambre”.
De manera reciente y a través de una iniciativa ante el Congreso del Estado, expuse que hasta el momento las acciones para acabar con la carestía de alimentos y falta de oportunidades para combatir el hambre, mal nutrición y otros problemas relacionados no son claros en el país, por lo que solicité que la administración federal comparta las estrategias y los avances que tiene en la materia.
Concuerdo en que la agricultura, la silvicultura y otras actividades del campo pueden suministrar comida nutritiva para todos y generar ingresos, pero también se hace necesario el apoyo y desarrollo para el sector, además de la protección del medio ambiente para que los recursos naturales sean duraderos.
Como ya lo he señalado en anteriores entregas, los programas de apoyo que actualmente se ofrecen por el gobierno federal son insuficientes para cumplir con los acuerdos de la Agenda 2030, a la que México se adhirió desde el año 2015, y que hasta la fecha se desconocen los avances en el cumplimiento de esta estrategia, es por ello la importancia de redoblar esfuerzos, principalmente para el beneficio de las personas más desprotegidas.
Entre los acuerdos internacionales a cumplir para el año 2030 o antes, en materia de “Cero Hambre”, destaco algunos, como: poner fin a todas las formas de malnutrición, además de abordar las necesidades de nutrición de los adolescentes, las mujeres embarazadas, lactantes y las personas de la tercera edad.
Otro de los objetivos planteados es que para el 2030 se logre duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala, en particular las mujeres, pueblos indígenas, familias de agricultores, ganaderos y pescadores, mediante un acceso seguro y equitativo a las tierras, a otros recursos e insumos de producción y servicios financieros.
Los compromisos de la agenda piden asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción en alimentos y aplicar prácticas agrícolas que aumenten la productividad, pero que también contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas y fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático.
Lo realmente cierto e importante, es que los compromisos que México firmó con la Agenda 2030 son muy buenos, pero no sabemos si realmente se están cumpliendo, por eso se hace necesario que el gobierno federal informe sobre las acciones relevantes que se hacen en la materia. En este punto concreto, necesitamos trabajar en conjunto para que, a través de diversas estrategias y políticas públicas, podamos llegar a tener cero hambre en México.
