RÍO DE JANEIRO- Brasil registró una inflación del 0.87 por ciento en agosto pasado, la mayor variación para el mes desde 2000 (1.31 por ciento) y más del triple que en igual mes del año pasado (0.24 por ciento), informó el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
De acuerdo con el reporte del IBGE, a pesar del alza de precios registrada en el octavo mes del año, el resultado fue inferior al de julio (0.96 por ciento).
En lo que va del año (hasta agosto), el índice acumuló un alza del 5.67 por ciento, mientras que en los últimos 12 meses fue del 9.68 por ciento, la mayor alza en la comparación desde febrero de 2016.
El gobierno y el Banco Central de Brasil se han fijado como meta una inflación del 3.55 por ciento al cierre del año, con un margen de tolerancia de 1.5 puntos, aunque el Ejecutivo ha admitido que difícilmente cumplirá el objetivo.
Ocho de nueve grupos de productos y servicios analizados tuvieron un aumento en sus precios en agosto de este año, entre ellos transportes (1.46 por ciento), así como alimentos y bebidas (1.39 por ciento).
El único rubro que no tuvo un alza fue salud y cuidados personales, cuyos precios descendieron un 0.04 por ciento en el octavo mes del año.
El aumento del precio de transportes estuvo motivado por el incremento en combustibles (2.96 por ciento), cuyos precios se duplicaron en comparación con julio (1.24 por ciento).
El precio del etanol aumentó un 4.5 por ciento, la gasolina un 2.8 por ciento, el gas para vehículos un 2.06 por ciento y el diésel un 1.79 por ciento.
“El precio de la gasolina está influenciado por los reajustes aplicados en las refinerías de acuerdo con la política de precios de Petrobras”, indicó el IBGE.
“El dólar, los precios en el mercado internacional y el encarecimiento de los biocombustibles son factores de influencia en los costos, lo que acaba por pasar al consumidor final”, agregó la entidad.
La inflación se ha convertido en una de las principales preocupaciones del gobierno brasileño, debido a sus efectos negativos en la economía del país sudamericano.
El Banco Central de Brasil modificó en ese sentido de manera reciente la tasa de interés de referencia, que subió al 5.25 por ciento anual con la intención de controlar la inflación.
El mercado financiero proyecta que el país cerrará el año con una inflación del 7.58 por ciento, luego de que los precios aumentaron un 4.52 por ciento en 2020, el mayor incremento desde 2016.
Xinhua
