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Autodenominado

Cuando el presidente Andrés Manuel habla del pueblo, habla de sí mismo. Su convicción de serlo es congruente con el mesianismo y la megalomanía.

Cuando crees que eres el Salvador de un pueblo y te crees esa mentira, todo es real en la mente de la persona que se autodenomina pueblo.

Para Andrés Manuel, él es la personificación del pueblo y a la vez el único intérprete de sus deseos. Todo lo que él quiere, lo quiere el pueblo; aunque para él ese pueblo no signifique nada, y mucho menos le importe.

Él no está interesado en que hay más pobres que antes, en que la economía va mal, la inseguridad, la desaparición de personas… Esas son trivialidades para un hombre que vive en una realidad propia, distinta a la de los demás.

Él es él, los demás solo deben seguirlo o sentirán su furia. Así convencieron a naciones poderosas hombres locos y depravados como Hitler, Mussolini y Stalin.