Inicio ADHOCRACIA Antes es hoy y mañana también

Antes es hoy y mañana también

Dr. Arturo Castro.- El tiempo y el espacio nos permiten conocer, desconocer y dudar acerca de las decisiones que se toman en la vida para construir los propósitos que motivan vivir la vida de cada quien y de la sociedad en general.

Las experiencias del pasado quedan como un legado que transmite ideas para el razonamiento de lo que es y de lo que sigue en el futuro cercano, para tener mejores bases para encender la memoria y entender lo que se tiene sin verlo como un juego descubriendo las realidades existentes.

La historia continúa y siempre son tiempos de coincidir, el pasado son lecciones para el actuar de hoy y la preparación del mañana, por ello la vida se entiende como una sola de todos los tiempos, en todos los lugares.

Decidir iniciar un juicio al pasado es lamentable, se hizo lo que se hizo con pasión o con rabia en ese momento que define el futuro y lo que sigue, de ahí que siempre se viva el presente de la mejor manera y consistencia.

El juicio del pasado es personal y público, el individuo rememora con nostalgia o rencor algunos de los momentos que le guiaron en la vida o la transformaron, es el camino que no tiene fin pero sí líneas que lo conducen fincadas en la responsabilidad y la aspiración de generar mejores condiciones existenciales.

Lo público es de todos y de Nadie, el dueño es una masa llamada sociedad que no tiene nombre, pero que uno por uno cuenta en la edificación de los espacios y la movilidad encuadrados en normas que van de los derechos a las obligaciones.

El pasado ha tenido temblores y conquistas, ha perseguido la felicidad del hombre entendiendo su diversidad sin necesidad de borrar nada, se han visto momentos de locura y de inteligencia que han ajustado los contrastes presentados.

El futuro es lo que sigue, tiene las bases establecidas para lo que viene, dejando atrás las posibles frustraciones ocasionadas, más por penas ajenas que propias, todo lo que ha pasado solo fue un experimento para accesar a las nuevas formas de convivencia espiritual y colectiva.

Los símbolos universales permanecen como aprendizaje de lo bueno y lo malo, la marca del amor y de las guerras quedan para siempre, es cosa de horas aprender ese pasado a pesar de las décadas de duración.

Tanto las personas como la sociedad aprendieron de ese pasado que a veces se juzga, el poder político y público debiese entenderlo también para que no sean obstáculos de las nuevas propuestas y acciones a realizar, se llega a la vida a aprender, se corrigen los errores y se disfruta la tranquilidad de hacer las cosas lo mejor posible.

El tiempo es implacable, lo público avanza sin cesar, dispara la mente de gobernados y gobernantes provocando confusiones e idolatrías; quienes toman las decisiones emergieron de la sociedad, como parte de ella, sería fácil entender lo que se quiere.

La vida social muestra eternamente sus necesidades, los representantes previamente las vivieron, las conocieron y las exhibieron en campañas políticas que hoy parecen ser de carácter permanente porque viviendo el día, solo piensan en el futuro sin revisar el pasado para cambiar lo que se prometió en aquel discurso callejero.

Para entender el tiempo que se vive, la política no es un problema porque es parte de la vida de todos y de cada quien, la sugerencia y la queja son parte de la cotidianidad que realmente es lo que hay que transformar cuando se llega a gobernar.

El pasado ya pasó, fortalecer y corregir es lo que sigue, todos los días son hoy como todos los miembros de la sociedad son Nadie. Los representantes deben evitar la queja y el plagio de los reniegos anteriores y dedicarse a servir fortaleciendo políticas públicas ejemplares que borren o al menos lo intenten con aquel pasado lujurioso y conflictivo.

Culpar al pasado que era el hoy de antes, es fácil pero no recomendable por las condiciones existentes, aquel mundo del papel hoy es digital, el blanco y negro hoy es de color, llegando al arcoíris en las relaciones sociales sin querer. Antes, hoy y siempre será igual, comentaba Don Teófilo Borunda, figura política sin igual.

Todos los tiempos son iguales, pero diferentes en su interpretación. No es lo mismo Nerón que Hitler y mucho menos Maduro, fueron los hoy influencers de las sociedades de Roma, Alemania y Venezuela en su momento. La sociedad vive igual, aunque en condiciones poco parecidas por la locura que ocasiona el poder en el hombre común de antes que hoy el futuro condena.

Antes es hoy y mañana también es una expresión que sirve para preparar el terreno que se pisa, dejar el pasado como una gran experiencia para entender imaginariamente el futuro de lo que sigue sin cuestionar a Maluma o Bad Bunny, solo por recordar a Pedro Infante y su amor a la tierra, a la familia y a la patria.

Jóvenes y viejos tienen mucho de qué platicar en este mismo mundo de hoy, asentó en un buen libro el caricaturista Marcos Aldana: Su fe, sus dudas, sus bromas, su religión, sus miedos y sus fantasías. Hoy, hoy, hoy fue un grito político desenfrenado en el pasado. Hoy es siempre y para siempre.