Heriberto González Valencia.- ¿Qué tanto amor da y recibe usted? ¿Por qué? Desde que comenzamos nuestra existencia damos y recibimos amor, y a través de la vida vivimos muchas clases de amores. En el libro “Las tres caras del amor”, John McDowell nos muestra tres clases de amores, los cuales se aplican mucho a nuestras vidas cotidianas.
El primero es el amor “si”. Es cuando se ama condicionalmente y esto se ve desde cuando los padres nos dicen: “‘si te portas bien el papito y la mamita te van a querer mucho”, “si haces las tareas te voy a dar todo mi corazón”.
También se ve en las parejas cuando la novia le dice a su pareja: “si me llevas a bailar te adoro” o el novio dice “si te acuestas conmigo te amaré toda la vida”. El problema en estos casos es que si ese “si” no sucede, el amor puede acabar.
El segundo es el amor ‘por’, muy común en las relaciones de nuestra sociedad actual. En el amor “por” se ama a la pareja “por ser hermosa”, “por tener una estabilidad económica”, “por ser muy popular”, “por darle todo el gusto al otro” y por muchas razones más.
Pero ¿qué pasa si ese ‘por’ se acaba? ¿Qué tal si esa persona hermosa tiene un accidente y deja de ser tan hermosa, la persona deja de tener una estabilidad económica sólida, etc.? ¿Qué le pasará al amor?
Y finalmente está el amor “y punto”, el cual abarcaría el amor “si” y el amor “por”, pero sin condiciones que lo pudieran terminar. En el amor “y punto” se acepta a la pareja con sus virtudes y defectos y con los posibles cambios que el destino traiga, no se deja de querer por haber perdido una habilidad o característica, ni tampoco por adquirir una nueva. Se ama a la pareja “Y PUNTO”.
¿Entonces a cuál de estos amores le apostará usted? Recuerde que uno de los mayores desafíos que enfrenta una persona es construir un verdadero y duradero amor y éste se construye entre dos.
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