Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Él día 20, atento a la mañanera, como todos los días, no me sorprendió lo que el presidente López Obrador dijera acerca de personajes que él propuso para ser parte de la 4T y lo traicionaron: Lilly Téllez, senadora; German Martínez, director del IMSS, y los ministros de la Corte Margarita Ríos Farjat y Juan Luis González Alcántara.
Lo que no dice el presidente es el porqué de lo que él llama traición. Si quienes votaron por él recordaran la mitad de sus promesas, se darían cuenta de que todo lo ofrecido cambió por objetivos contrarios. Si eso no lo ve el presidente, es porque no quiere, pero todo el país escuchó cuando dijo: cambié de opinión.
Esperar lealtad después de traicionar el proyecto que los convenció, es iluso, salvo para la mayoría que se deja dominar por la condición humana de permanecer cerca del poder a toda costa.
Se fue el secretario de Hacienda, se fue Tatiana Clouthier, se fue German Martínez del IMSS, Lilly Téllez dejó la bancada, los magistrados votan para defender la Constitución, que es su trabajo. ¿Y él se llama traicionado? Creo que no se da cuenta que hay personas con dignidad y respeto por sí mismos.
No lo traicionaron, se alejaron de él porque él cambió de opinión y en lugar de transformar a México se ha dedicado a destruir las instituciones que un día, en un arrebato allá por 2006, mandó al diablo; le ganó el subconsciente y está mandando al diablo a las instituciones. ¿Y así exige lealtad y se llama traicionado?
