Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Corral pretendía abusar del poder para saciar instintos con la amenaza de la cárcel. El exdirigente magisterial Alejandro Villarreal Aldaz fue detenido, pero les ganó a buena ley en los juzgados y quedó absuelto del delito de peculado del que lo acusaron y que formó parte de los ‘Expedientes X’.
El acoso sexual y la persecución por parte del exgobernador Javier Corral nos obligó por sus desviaciones, por su patología mesiánica, y utilizó la ley del fascismo en esa enfermiza persecución que sólo buscaba venganza a través de nuestro sufrimiento.
El circuito cerrado de televisión instalado en la prisión de San Guillermo, allá en Aquiles Serdán, era para que él tuviera acceso directo desde su despacho y gozarse de vernos encerrados, de vernos cuando nos bañábamos; incluso ordenaba que dejaran la luz prendida para vernos desnudar antes de salir o al regresar de una audiencia o antes de dormir.
Esa desviación sexual que tiene Corral, que lo lleva a gozar viendo el sufrimiento de los demás, dejó grandes heridas en todos los que estuvimos presos.
Todo fue cuestión de que me negara a sus deseos impuros, a su desviación, que no critico, soy un actor político pro libertades, cada quien define su orientación sexual, pero cuando utilizas el poder para que ello te ayude a satisfacer tus necesidades socioemocionales o fisiológicas, se convierte en un delito y yo no estaba dispuesto a que él delinquiera en mi persona y que abusara del poder que ostentaba.
Ahí fue donde se rompió todo y vino la persecución. Ahora viene la lucha por limpiar nuestra imagen social y reivindicarnos, señala Alejandro Villarreal Aldaz.