Benjamín Carrera (Representante Estatal de la SADER).- Tenemos que entender que el subsector agrícola mexicano afronta como problema central una baja producción, principalmente de productoras y productores de pequeña y mediana escala de granos, café, caña de azúcar, cacao, nopal, cebolla, chile serrano, jitomate y de miel de abeja; aspecto que se agudiza en cultivos relevantes para la alimentación de la población como son: maíz, frijol, arroz y trigo, lo que repercute al final del día en la seguridad y soberanía alimentaria.
El panorama es complejo, pero el comienzo de la administración de la PresidentA Claudia Sheinbaum representa el inicio del segundo piso de la Cuarta Transformación también en el campo y, con ello, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural busca elevar la producción, dar orden a la comercialización de los productos y su buen funcionamiento dentro de los mercados agroalimentarios, a fin de contribuir al bienestar de las personas que habitan en el sector rural y con ello contribuir a la soberanía alimentaria de la nación.
Es importante señalar que la soberanía alimentaria debe verse en una triple dimensión: producir los alimentos que se consumen; generar los insumos y los elementos que se requieren para la producción de alimentos y desarrollar el conocimiento necesario para elevar la producción y responder efectivamente a las necesidades alimentarias de la población actual y futura.
Además, es fundamental no olvidar que la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales, plantea que los campesinos tienen derecho a la soberanía alimentaria, que comprende el derecho a una alimentación saludable y culturalmente apropiada, producida mediante métodos ecológicamente racionales y sostenibles, y el derecho a definir sus propios sistemas de alimentación y agricultura.
Desde luego, las campesinas y los campesinos tienen derecho al agua potable, al saneamiento, a vivir una vida saludable y no ser afectados por la contaminación de productos agroquímicos como los pesticidas y fertilizantes químicos.
Con la intención de alcanzar la soberanía alimentaria, el gobierno de México diseñó el Programa Producción para el Bienestar en las siguientes líneas de acción: 1. El fomento de la agricultura campesina y de la producción agroalimentaria para el autoconsumo y los mercados locales en los centros urbanos de esos territorios y 2. El aumento sostenible de la producción agrícola, ganadera, pesquera y acuícola. Dicho programa es responsabilidad de la SADER, en colaboración con la Secretaría de Bienestar.
El compromiso es construir un nuevo sistema agroalimentario mexicano productivo, justo, saludable, incluyente y sustentable, el cual se logrará a través de la articulación, armonización y visión sistémica e integral de las políticas públicas, mediante la confluencia de las acciones de desarrollo rural de las entidades y dependencias del Ejecutivo Federal, entre las que destacan las emprendidas por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural para el incremento de la producción de alimentos.
Para poder alcanzar esos objetivos, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el Ejercicio Fiscal 2025, el Programa de Producción para el Bienestar tiene asignado un monto de $16,800,000,000, cantidad que, sumada a lo asignado a precios de garantía y fertilizantes, va a contribuir al incremento del grado de soberanía alimentaria, dotando de liquidez y fomentando el acceso a servicios de vinculación productiva a productores de pequeña y mediana escala para facilitar el aumento de la producción sustentable de sus predios. De lo que se trata es de que coman los que nos dan de comer.