BEIRUT- El Estado Islámico, también conocido como ISIS o el Daesh, usó un desfiladero ubicado en el noreste de Siria como vertedero para arrojar cadáveres de personas que secuestró o detuvo, acusó la organización internacional Human Rights Watch (HRW).
Es indispensable que las autoridades sirias aseguren el sitio, remuevan los restos humanos y preserven la evidencia de estos procedimientos criminales para proceder legalmente contra los asesinos responsables, consideró tras investigar el desfiladero con sobrevuelos de dron.
Ubicado a 85 kilómetros al norte de la ciudad de Raqqa, el desfiladero de al-Hota y sus inmediaciones fueron controlados por el Daesh entre 2013 y 2015, donde hicieron más de 20 fosas masivas que albergan miles de cadáveres, alertó HRW.
“El desfiladero de al-Hota, alguna vez un hermoso sitio natural, se ha convertido en un espacio para el horror. Exponer lo que pasó aquí y en otras fosas masivas de Siria es crucial para determinar qué sucedió con los miles de personas que ISIS ejecutó y para llamar a los asesinos a cuentas”, consideró Sara Kayyali, investigadora sobre Siria para Human Rights Watch.
Actualmente, el área en torno al desfiladero es controlada por el Ejército Nacional Sirio, fuerza paramilitar en el marco de la guerra civil del país de Medio Oriente que, con el apoyo del gobierno en Turquía de Recep Tayyip Erdogan, se opone a la administración del presidente sirio Bashar al-Asad.
En tanto, la aledaña ciudad de Raqqa se mantiene bajo el control de las Fuerzas Democráticas Sirias, coalición kurda que ha recibido el apoyo de los Estados Unidos durante el conflicto sirio, desatado en 2011.
“Quien quiera que controle el desfiladero tiene la obligación de preservar el sitio, identificar a los desaparecidos e investigar a sus muertos”, solicitó HRW.
Residentes de la ciudad de Raqqa revelaron a la organización internacional durante su investigación que, cuando controlaba la zona, el Daesh amenazaba a las personas con arrojarlos en el desfiladero.
Mediante el sobrevuelo del dron, HRW identificó al menos seis cadáveres flotando en el agua al fondo del desfiladero, cuyas identidades y causas de muerte se mantienen desconocidas.
De acuerdo con estimaciones geológicas, la investigación supone que en los sitios donde el objeto volador no alcanza a observar debe haber aún más cuerpos humanos violentados por el Daesh.
Human Rights Watch informó en un reporte publicado en febrero de 2020 que, durante el tiempo que mantuvo el control en Siria, el Daesh sustrajo y detuvo a miles de personas, además de ejecutar a muchas de ellas.
“Entre los desaparecidos hay activistas, trabajadores humanitarios, periodistas y combatientes anti-ISIS de diversos grupos, así como residentes locales que huyeron de los grupos armados en conflictos”, especificó el organismo.
Las tareas para exhumar las fosas del Daesh han sido inestables e incompletas, debido en parte a la situación incierta de seguridad que prevalece en Siria, consideró HRW.
Grupos locales han logrado hacer exhumaciones parciales, sin embargo, operan sin recibir protección y sin atender las mejores prácticas conforme a criterios internacionales.
“Cualquiera que sea la autoridad que controle el área de al-Hota está obligada a proteger y preservar el sitio. Ellos deberían facilitar la recolección de evidencia y hacer rendir cuentas a los miembros de ISIS por sus terribles crímenes, así como a quienes arrojaron cadáveres a al-Hota antes o después del control del Daesh”, concluyó Kayyali.
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