Inicio DESDE EL AULA ¿Acaso somos demasiado cultos?

¿Acaso somos demasiado cultos?

Heriberto González Valencia.- ¿Acaso los caleños somos demasiado cultos o es que nos dejamos tratar mal en situaciones en las cuales pensamos que ya no hay nada que hacer por el respeto? Recientemente, el Día de Amor y Amistad para ser bien precisos, invité a mi esposa a un concierto romántico, en el que cantó Juan Fernando Velasco, ecuatoriano, con mucho talento y música muy bonita.

En una situación normal hubiera disfrutado el concierto con todo mi agrado, en el Centro de Convenciones Alférez Real, donde la inversión de la noche fue de $140.000 por las dos entradas que compré.

Llegamos al Centro de Convenciones Alférez Real a las 7:30 p.m. y nos encontramos con una fila de tres cuadras por la cual entraban todos “los boletos”, estuvimos en la fila hasta las 9:30 p.m. cuando finalmente, por una estrecha escalera, subíamos a la entrada principal.

Después de entrar dividían las personas de acuerdo con el precio de su boleto ($40,000, $50,000 y $70,000), pero la sorpresa mayor de la noche fue cuando ingresé donde me tocaba y ya todos los puestos del lugar que había comprado estaban ocupados.

Lo que me parecía más triste es que no solo a nosotros nos pasó eso, la mitad de las personas que como yo habíamos comprado boletos de $70.000 estaban paradas y lo que nunca pude entender es cómo todas esas personas simplemente se sentaban en el suelo, se quejaban entre ellos, pero nunca se opusieron a tal abuso.

Me dispuse a hablar con uno de los organizadores del concierto, el cual nunca quiso revelarme su nombre, le expuse mi caso y le dije muy respetuosamente: “No me parece que la forma de protestar sea violentamente por lo molesto que me encontraba por esa situación”, a lo cual sonrió y me dijo que lo esperara a ver qué podía hacer. Nunca lo volví a ver.

Cuando junto a mi esposa nos marchábamos del lugar, tres personas se pararon de unas escaleras que estaban siendo utilizadas como asientos improvisados, creo que entraron en el mismo error, todos allí nos dejamos llevar por las ganas de ver al artista y nos sentamos a ver el concierto y nos olvidamos momentáneamente del asunto.

Al término del concierto le hice un comentario a uno de los oficiales de la policía respecto al atropello y me dijo que estaba totalmente de acuerdo conmigo pero que él no era la persona a la que debía dirigir esa queja.

Por lo cual quiero dejar abierto el tema a mis lectores: ¿Somos tan cultos que no decimos nada cuando nos tratan tan mal? ¿Sabemos que hágase lo que se haga nada va a cambiar? ¿Qué vamos a hacer la próxima vez que nos seduzcan con algo muy bonito y nos salgan con un chorro de babas?

hery77@hotmail.com