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El recuento de los daños

Marcos Barraza.- Si los historiadores se apegan a los hechos, reportaran esta jornada electoral como una jornada atípica dominada por la delincuencia, una delincuencia oficial encabezada por un presidente que se siente Nerón, el cual viola la ley, incita a la violencia, interviene en el proceso, que usa un lenguaje de odio que se traduce en destrucción de casillas, una impunidad que se ve en la falsificación de boletas, el asesinato de candidatos etc.

Vimos a una sociedad asustada, acudir copiosamente a las urnas y contener a ese tigre azuzado y furioso que pretendía robarse la elección y que logró más de lo que hubiera obtenido en una elección limpia.

En la ciudad de México, Morena pierde bastiones muy importantes, prácticamente todas las alcaldías del occidente de la ciudad y una parte importante de la zona conurbada que aminorará esa destrucción sistemática que el gobierno está haciendo de todo lo bien nacido.

En Chihuahua es derrotada ampliamente, Loera no pudo ni con todo el dinero que anduvo regalando para comprar voluntades durante su período como superdelegado, ni con el gasto excesivo e insultante que hizo durante su campaña, su socio, el moreno de closet, Javier Corral solo acabó con el escaso grupo que todavía le apoyaba y pasa a la historia como la esperanza defraudada, el hábil tribuno que no supo gobernar, el militante traicionero.

Para Maru no será fácil gobernar, llega con muchos compromisos con amigos y seudo amigos, con enemigos muy poderosos y desalmados que no repararán en nada para descarrilarla, con un presupuesto ínfimo que poco le permitirá hacer, solo le queda salirse del pacto fiscal para potenciar a Chihuahua, fortalecer la Constitución del Estado para proteger la inversión privada y llamar al capital privado nacional y externo a que invierta en Chihuahua.

En el congreso, el presidente conserva una mayoría que le permitirá saquear el presupuesto e incrementar su capital vía la partida secreta y “los ahorros fiscales”, podrá cambiar leyes pero no la Constitución y esto representa un alivio porque se podrán tirar las leyes que vayan contra la Constitución con un poder judicial que ya no tendrá el temor de desaparecer por cambios constitucionales y quizás surja algún patriota que decida hacerle frente a este tiranozuelo de pacotilla.

La sociedad civil, digamos la clase media, que hizo la epopeya de parar la embestida harta de politiquería regresará a sus ocupaciones diarias, el trabajo, la escuela etc., olvidándose de pronto de la pesadilla, dejándole el queso a los ratones.

Los políticos izquierdosos seguirán trabajando duro en su tarea de evangelización, culpando al que trabaja por la suerte del holgazán, suspirando por la riqueza ajena, soñando con someter a la población, autonombrándose “pueblo” merecedor de todo lo que no es suyo, arriando borregos y corrompiendo medios.

El PRI crece y pronto lo veremos como partido “bisagra”, la forma elegante de decirle al grupo meretriz que vende sus votos y convicciones, a pesar de haber firmado un convenio de que seguiría en coalición en el congreso, pero la historia nos dice que no es un partido con palabra y que en el fondo tiene la misma ideología que Morena y pertenece a los mismos grupos internacionales.

El PAN crece en el congreso, regresa a su segundo lugar como única verdadera oposición ideológica a la izquierda marxista, con la misma moderación injustificable, con su mediocridad operativa, con líderes timoratos decepcionando una y otra vez a sus seguidores.

Movimiento Ciudadano dirigido por un priista astuto y camaleónico que va en la dirección que más le convenga para crecer y hacer redituable la renta de su partido.

La derecha y el conservadurismo seguirán siendo esos fantasmas a los que fustiga diariamente el tirano, pero con quienes nadie se identifica por la ignorancia del tema, pero que es la forma de vida que elegimos millones de mexicanos que a diario salimos a trabajar para mantener a flote este país que se tambalea ante las embestidas de una ideología que ha demostrado en la historia ser la más sanguinaria y depredadora, el marxismo, bajo los nombres que les quiera poner.

Porque los mexicanos, por educación, pensamos como comunistas, pero vivimos como capitalistas, amamos a los proletarios (chairos) pero añoramos vivir como burgueses (fifís).

La guerra libertaria no ha terminado, el enemigo esta vivito y coleando en la presidencia, gubernaturas, presidencias municipales y congresos, ansioso de dar la mordida, es tiempo de reflexión, de que hagamos una reingeniería de nuestras ideas y de que tomemos el compromiso de vivir como pensamos o pensar como vivimos, pero esa confusión que nos generó un adoctrinamiento “revolucionario” debe terminar YA, HOY, HOY.