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Aprobar la regulación y despenalización del uso lúdico de la marihuana

Dr. Fernando de Jesús Hernández Estrada. En México, en un día calificado como “histórico”, los senadores mexicanos aprobaron la legalización de la marihuana para usos recreativo, científico, médico e industrial -la llamada “Ley general para la regulación del cannabis”-, que debe pasar a la Cámara de Diputados para su revisión y aprobación.

Uno de los posibles riesgos (siempre presentes), es que organizaciones criminales aprovechen resquicios legales para infiltrarse, porque no debemos olvidar que el narcotráfico puede permearlo todo, si se le proporciona aunque sea un resquicio.

El narcotráfico es una de las actividades ilícitas que significa un negocio de grandes dimensiones y trae consigo otros delitos como tráfico de personas, tráfico de armas, lavado de dinero y corrupción, lo que significa que un país que tenga una alta actividad de narcotraficantes tendrá una gran debilidad, tanto en la seguridad de sus habitantes como en la solidez de sus instituciones.

El narcotráfico produce grave daño social: destruye familias, economías de países enteros y lleva muerte a comunidades enteras por luchas derivadas del control de territorio o enfrentamientos con autoridades.

El interés por regular la producción, el tráfico y el consumo, aparte de la peligrosidad bien documentada de estas sustancias, hace que intervengan variables que no solo tienen que ver con los aspectos farmacológicos de las drogas, sino con razones de política y de proteccionismo mercantil.

Desde fines de los años setenta, Holanda fue el paraíso del uso recreativo de las drogas, pero en la actualidad es uno de los mayores exportadores de estupefacientes sintéticos. Así lo afirma Pieter Tops, académico de la Universidad de Tilburg: “Creímos que dábamos un ejemplo de tolerancia y novedoso enfoque al mundo… estuvimos muy satisfechos de ello por mucho tiempo, pero ahora ya no”, explica categórico. 

En Argentina, Manuel A. Solanet, presidente de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, (Buenos Aires), en su artículo de “Fundamentos económicos y éticos que desaconsejan la legalización y liberación de la droga” publicado en la revista Inmanencia (2016; 5(1):63-67), recomienda que la lucha contra la droga deberá continuar desarrollándose con la mayor efectividad posible, privilegiando la prevención, educación y la acción contra la pobreza, como instrumentos fundamentales. (Pag. 67)  

La marihuana es la droga ilegal más consumida a nivel mundial. Se estima que existen unos 162 millones de consumidores de marihuana en todo el mundo. Sin embargo, y de acuerdo a testimonio de Carmen Fernández Cáceres, directora general de Centros de Integración Juvenil, “Legalizar la droga implicaría exponer a la niñez y a la juventud al uso de una sustancia que los llevaría a comprometer su salud, su seguridad y hasta su vida”.

Esto es cierto, si nos atenemos a los efectos directos sobre ellos y sus familias, porque además alteraría las dinámicas sociales, incrementaría la inseguridad y se dispararían los casos de violencia intrafamiliar, ataques sexuales y un largo etcétera de otros fenómenos recurrentes en nuestro medio.

La situación se torna especialmente preocupante si se considera que la marihuana es la “puerta de entrada” a la utilización de otras sustancias, ya que casi el 90 por ciento de estos casos continúa con el consumo de alguna otra droga ilegal, como las metanfetaminas, la cocaína y la heroína.

A manera de conclusión, diré que “Sumando Esfuerzos por Juárez, A.C.” por un lado, tiene una probada experiencia acerca de la condición de droga-puente que la marihuana representa y por otro, conocemos de primera mano el sufrimiento que provoca al interior de las familias y la grave fragmentación que se deriva de su uso.

Nuestra organización sostiene que una verdadera solución a los problemas del país está en acercar a las comunidades en estado de vulnerabilidad las oportunidades de desarrollo, tomando en cuenta que el origen de innumerables faltantes que el Estado ha permitido, en la que destacan la pobreza y la violencia institucional, generada por la ausencia de políticas públicas que mejoren la vida de los ciudadanos, en donde, la legalización de las drogas resulta un falso dilema para distraer al pueblo de los problemas reales que como país nos aquejan.

No olvidemos que “La educación integral podrá salvar al mundo”.

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