Camilo Mayor.- Hace poco me invitaron a un seminario virtual sobre los cambios a los que se han visto expuestos los medios de información a propósito de la pandemia. Aproveché la oportunidad para referirme a la experiencia de La Chicharra, un programa de radio que cumple 12 años y que se transmite en Univalle Estéreo desde Cali, Colombia.
Hasta antes de la pandemia nos exigimos para que los invitados a nuestro programa, que es de opinión y en formato tipo panel, estuvieran presentes en la cabina de la emisora.
Con la cuarentena, todo pareció detenerse, también La Chicharra. La emisora dispuso un solo operador en horario de la mañana, y así los programas de la tarde y de la noche debíamos grabar o parar.
Y paramos… hasta que en una de nuestras reuniones previmos continuar, pero esta vez por redes y en vivo, para grabarlo y emitirlo también en la emisora… Así lo hicimos y ha sido un aprendizaje colectivo: ensayando plataformas de grabación y de encuentro virtual; potenciando la conexión a la red; repitiendo programas que el hospedador nunca grabó; saliendo al paso a los terribles silencios que el precario internet genera…
Haciendo radio para oír y ver, ya no desde cabina: desde cualquier lugar con conexión a internet. La pandemia aceleró la flexibilidad de la vida que la modernidad tardía impuso después del capitalismo industrial: el teletrabajo y la teletransmisión están disolviendo rigideces en los medios.
Un colega curtido en la radio tradicional solo inició emisión de su noticiero hace poco: sigue haciendo lo mismo.
@LachicharraFM
