Dr. Fernando A. Herrera M.- La Salida de Gertz Manero y el arribo de Tina Godoy en la FGR sellan a cal y canto los casos del cártel de La Barredora y de los buques tanque con todo y sobrinos del secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, con los que durante años, sus hijos amparados y ayudados por su hermano del alma, practicaron el contrabando de diésel para robar los impuestos de la hacienda pública.
Si bien el pecado de Gertz fue filtrar el caso del dueño de Miss Universo, otro caso, que hubiese encuerado, una vez más, a los hijos y al carnal notario súper chingón, en eventos de corrupción, por lo que el Peje lo echó de la fiscalía y, al mismo tiempo, se aseguró, con la llegada de Tina, de que los casos contra ese contrabando de diésel y el de la Barredora queden sepultados para siempre.
Aunque queda pendiente la reacción de Estados Unidos que, al parecer con México, a diferencia de Venezuela, lo quiere por la buena; es decir, el trato es diferente, aunque los pecados sean los mismos.
Parte de esto mismo fue factor para sacar a Gertz, que andaba muy colaborador con los güeros, lo cual disgustó al tlatoani de Macuspana.
El cinismo del peje
La realidad de Andrés Manuel es esquizofrenia pura. ¿Cómo se atreve a asomar la cara y a dejarle a Claudia muy claro que el único que sigue al mando del país es él y nadie más?
La mafia que formó para gobernar, es ahora referente y vergüenza de los mexicanos en el mundo.
El descaro del Peje solo puede compararse con el de su estirpe, que andan metidos en la corrupción del fraude fiscal más grande de la historia del país, y cuyos cálculos superan a todos los robos de que México haya sido objeto en toda su historia.
Estos pillos, de izquierda rancia y trasnochada, se han metido en los bolsillos cantidades que harían palidecer a los mayores ladrones de todos los tiempos.
Andrés Manuel carece de vergüenza. Primero, desde el libelo que dice escribió en este año, habla de una falsa historia con los españoles, con una pretendida sapiencia que no tiene ni tendrá jamás.
El colmo de hablar mal de España en español puede pasar, pero lo que no debe ni puede pasar es el enriquecimiento absurdo, excesivo y descarado de sus hijos.
El descaro de salir en un video a decirnos que nos quiere mucho, mucho, y que amor con amor se paga, citando al filósofo de Juárez, Juan Gabriel, neta, ni la burla perdona.
El descaro y la cachaza de Andrés Manuel no tienen parangón, nadie jamás en la historia de México se ha reído tanto de tantos.
Pd.- Qué pena me dio verle, hoy lunes, la cara de empleada sometida a la presidente.
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